Selección Antinatural

Yuri

   —¡Yuri! —exclama una voz femenina—. Ven a desayunar para que te vayas a la universidad.

   —Mm, ya voy —le responde Yuri sin ningun esfuerzo por hacerse escuchar. Se levanta de su cama y enciende su celular para ver la hora.

   —Ya es tarde —dice Yuri sin darle ninguna importancia—. Bien.
Ya en la cocina la madre de Yuri se da cuenta de que el aún no está listo para ir a la universidad.

   —Hijo, ya es tarde y aun no estas listo —dice la madre de Yuri un poco molesta.

   —Lo se mama, no es de mucha importancia, en si igual llegare a la universidad.

   —Sabes Yuri —le dice su madre con un tono de preocupación—. Ya tienes dieciocho años y tu personalidad carece de madurez.

   —Tienes razon mama —le responde Yuri sonriendo—. Tranquila, aveces no tengo mucho humor para nada.

   —Entiendo hijo —le dice su madre—. Pero la mayoría del tiempo estas asi y eso me preocupa.

   —Je, je —Yuri suelta esa pequeña carcajada y no dice una palabra más.
De camino a la universidad se encuentra a su amigo y compañero de clases.

   —¡Yuri! —exclama su amigo.

   —Sebastián —dice Yuri—. ¿Cómo estás?

   —Pues bien, amigo mío —le responde Sebastián sonriendo—. ¿Y tú?

   —Mírame la cara, los mismos grandes ánimos de siempre.

   —Mm je, je, tú siempre con esa energía tan impresionante, bueno ¿vamos a la universidad o nos quedaremos hablando todo el día?

   —Tranquilo, llegaremos justo a tiempo, no hay prisa.

   —Ja, ja, tu siempre de lento —dice Sebastián entre risas—. Lo que se me hace extraño es que siempre llegas justo a tiempo y lo peor es que ni siquiera te esfuerzas, no importa lo que sea, igual llegaras, no se como lo haces, pero lo haces.

   —Considérame una tortuga con suerte o tal vez soy tan rápido que parece que voy lento, tú eliges.

   «Sebastián —se dice Yuri—. El unico amigo que siempre esta sin importar como sea mi personalidad y mi actitudes, acepta las personas como son sin más»

   —Bueno sigamos caminando, antes que lleguemos tarde.

   —Eso si que esta difícil que pase.

   Una vez en la universidad Yuri toma asiento espera al profesor mientras que sus compañeros charlaban.

   —Levántate, ese puesto es mío —le dice un compañero a Yuri.

   —¿Eh? —exclama Yuri un poco confundido—. Ah pero mira que tenemos aquí, el payaso del salón.

   —¿Qué me dijiste? —exclama el compañero de Yuri al tiempo que lo toma de la camisa y lo levanta del asiento.

   —Pues la verdad —le responde Yuri mientras que sonríe—. ¿O acaso hay otro payaso por aquí? El único eres tú Winder.

   —¡Estás muerto! —le exclama Winder al tiempo que estira su brazo para golpear a Yuri y de la nada alguien toma su brazo y lo detiene.

   —¡Nina! —exclama Winder sorprendido.

   —Ya es suficiente Winder —le dice Nina con mucho enojo.

   —Pero...

   —Dije que ya es suficiente.

   —¡Ah pero que drama! —replica Yuri—. Resolvamos esto a la hora de la salida y ya, sin tanta cháchara.

   —¡Claro que no! —repone Nina—. No quiero que pelees.

   —Ya hable, a la hora de dar lecciones a los imbéciles —dice Yuri con aquella arrogancia en su tono de voz—. O hacer justicia con puño de hierro, me llaman a mi.

   —Pff que así sea —dice Winder al tiempo que suelta a Yuri.