Se dice que aparece cada cuarto de año, entre la luna llena y la menguante, muchos no saben su origen como tal, pero, corren los rumores que sus primeros avistamientos fueron al rededor de los años 1600 o 1800 D. C. según los investigadores de ciencias ocultas.
Yo no creía como tal en ella, pensaba que se trataba de un criatura sonsa extraída de la imaginación de algún borracho, creía que con tan sólo su pura complexión y descripción ya lo hacía inexistente.
No fue hasta aquella noche, cuando mi padre claramente me lo advirtió.—Esta noche pasará— me dijo mientras depositaba en mis manos un pequeño pedazo de pan sin levadura— Hijo mío, pase lo que pase no te acerques a ella.
Recuerdo haber asentido con un gesto de despreocupación.
Las horas pasaron y yo no había podido lograr entrar a mis placenteros sueños.
No fue hasta que mis ojos inconscientemente lograron su trabajo, bajaron lentamente logrando una visión borrasa e indescribible.
Una brisa helada entró por la ventana de mi habitación y de inmediato mis huesos calaron que algo estaba fuera de lo normal.Ella estaba por llegar.
Demasiado tarde, ella estaba aquí.
Impaciente y emocionado asome mi cabeza ligeramente por la endidura de la ventana que para entonces se encontraba entreabierta, mi visión eran un poco torpe pero podía visualizar la frialdad de la calle y los lijeras arboledas meciéndose al son del viento.
No podía evitar mirar con atención de lado y lado ya que a ciencia cierta sabía que ella vendría del lado oeste de mi calle pero no podía arriesgarme.—Recuerda, ella siempre camina hacia el oeste— decía mi padre mientras cenabamos albóndigas.
Esta era mi oportunidad de grabarla por primera vez y saber si ella realmente existía o simplemente era una mito de pueblo.
Mi emoción y mi estado en extasis era evidente, pobre de mi, realmente no sabía del error cometido de aquella noche, eran tan ingenuo y estúpido.
Un silbido fuerte se hizo presente en la habitación, como una frecuencia que al tal sonido humano no podía soportar, tape mis oídos con desesperación y ansiedad, era como si creará una red de electricidad por mis orificio enloqueciendo mi cerebro.
Después de un par de minutos este cezo y llegué a pensar que ella era solo eso, un sonido como tal, no una criatura como todos habían dicho.
Lamento haberme creído esa tal hipótesis estúpida, pobre de mi, no estaba listo para lo próximo a ocurrir.
Un ligero olor a fragancias verañeras inundó mi olfato y no pude evitar sentirme atraído a tal dulce olor, camine descalzo por la terraza hasta llegar a la orilla de esta.
Me quedé allí parado anonado por la sensación de frialdad y crueldad que se sentía en aquel lugar.
Luego, la espera terminó y la vi a ella, caminar lentamente desde el oeste de mi calle, no era hermosa, eso era de reconocer.
Caminaba con pasos torpes, desde mi perspectiva el tamaño de su cuerpo era igual a la de un coche, pero, podría apostar de su estatura era a la un camión o tal vez más, su piel era blanquecina y grisasea, como si viviera años debajo del agua y a bajas temperaturas, sus piernas eran largas y delgadas, su abdomen era delgado, era inevitable ver sus costillas marcadas y sus pechos pequeños, dando indicios que era hembra, de que se trataba de ella.
Mientras se acercaba a mí lentamente podía visualizarla aún más, caminaba de manera encorvada y un poco deslineada, sus hombros eran anchos incluso más anchos que sus propias caderas, sus manos eran largas, muy largas, de tal modo que la punta de sus nudillos rosaban con el asfalto, esta era la razón de su pequeño rastro de sangre negra y el por que los investigadores llegaron a la conclusión que siempre iba hacia el oeste.No podía apartar la mirada, era como si su sola presencia hiciera hinoptizante la situación y el miedo se colara por cada centímetro de mi piel, mi cuerpo no respondía, era como si ella se hubiera apoderado de mi cuerpo como tal obligándome a estar allí, quieto.
Pobre de mi, debí cerrar los ojos y evitar aquello, al acercarse aún más no pude evitar notar la forma de su cara, ovalada y alargada, del mismo tono de piel, su boca era ancha y grande que daba vista a sus dientes negros podrido, su nariz era pequeña y lo más importante, su mirada, la forma de sus ojos, podría ser tan hermoso ver ojos después de mucho tiempo, pero eso no fue así, en sus ojos no había como tal eso, de sus huecos como tal no había nada, sacaron rastros de órganos y entre ellos sus ojos, siendo reemplazados por enormes cuernos brotando de sus cuencas, crecía allí como si fuera un árbol.
Pobre de mi, nadie creería esto, nadie lo hará.
El miedo era pesado, la tensión de mis hombros eran evidentes y ella seguía avanzando a mi.La mire con la ilusión de que no me viera, pobre de mi, no debí, su cuello se alargó y su rostro blanquesino se acerco a mi rostro.
No podía moverme, ella estaba frente a mí, mientras su cuerpo descansaba tirado kilómetros a la redonda su cuello viajaba hacia mí.Era ella, realmente era ella, sentí su olor a pudrición y el como mi cuerpo entraba en un trance.
Mis ojos empezaron a sentir una presión a tal punto de explotarse, lágrimas resbalaban por megillas, ella sacó su lengua morada para poder secarlas pero lamentablemente solo dejó un trazo grande de sangre negra haciendo el olor más insoportable.
Pobre de mi, no sabía en lo que me había metido.
Con una voz ronca y grueza acercó sus asquerosos labios a mi oído y susurro.—Pronto nos veremos y serás tú quien camine hacia el oeste en un eterno sufrimiento.
Mi voluntad humana no pudo con más y me desmaye, no fui encontrado hasta el día siguiente al medio día, mi habitación estaba llena de basura y un olor a leche rancia.
No puedo seguir ocultando mi sufrir, ella existe, ella está aquí ahora mismo extendiendo su mano y mostrando su sonrísa, es inevitable, es el momento del relevo.
Es momento de caminar al oeste.
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Dark Minds
General FictionAlgunas veces los sueños son aquellos portales a las dimensiones mas extrañas del mundo. Diferentes realidades, diferentes perspectivas. Miedos, angustias, temores y asombros, es lo que se experimenta al obtener aquella abilidad de viajar entre las...