Raza

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Era una raza humanoide, de las más extrañas, donde la sangre era lo que las atraían de manera instintiva, no podían controlarla.
No hablo de una clase de vampiros o cualquier ocurrencia ficticia, esto era real.

Personas con una genética alterada, con ojos de colores y ninguno en especifico, al tener contacto con la sangre su piel se volvía blanca como el papel y sus ojos brillaban como foco en la oscuridad, su única debilidad, por alguna extraña razón es la electricidad almacenada a los cargadores de los celulares.

Se preguntaran, ¿Cómo te has dado cuenta de ello?

He pasado por tanto gracias a ellos.
Empezó a tempranas horas de la mañana mientras estaba en mi vieja casa, vieja por que desde hace años habitaba en ella, vivía con mi familia allí y yo con tan solo dieciocho años había vivido muchas cosas que era una fortuna seguir viví para contarlo.

El primer avistamiento fue de mi hermana, no se que pasó pero era uno de ellos y yo era la única que me había dado cuenta ya que cada vez que alguna herida en mi salía ella se volvía loca, no para beberla si no para restregara en todo su cuerpo y seguir mutilando aquel ser vivo, no era atracción a otra especie era especialmente la del ser humano que era atraída.
Todo empezó cuando en un sueño logre abrir una clase de portal, no se como pero lo hice.
El color rojo abundaba en esas pequeñas calles de piedras viejas y mojosas, en esas casas coloniales un poco antiguas, dividas sólo por aquel camino que transitaba.
El paso era difícil gracias a la multitud que había justo en ese momento, recuerdo que el sol jamás salió y siempre conservo el aire tétrico y sombrío.
Una joven me habló y me dijo como había llegado hasta allí una joven humana normal a la cual solo salí corriendo ya que sus ojos había empezado a brillar.

¿Acaso eso sólo podía hacer cuando hacían contacto con la sangre? ¿Acaso esta es otra raza dentro de este misterio?

Regrese a mi habitación justo en el momento que me topaba con mi hermana en aquel lugar.
Regresamos, ella con la piel blanca y los ojos brillantes y en ese momento se desató el infierno en mi casa.
Muchas personas en mi casa, el ambiente justo igual como aquel lugar.
No sabía diferenciar entre lo que era humano y lo que no.
La primera víctima no fue vista ya que todo empezó de un solo momento.
Gritos de personas ahogándose en sus propias sangres, pieles blancas como algodón y ojos brillando como un sol.

A mi costado murió una señora desgarrada del cuello y separando su cabeza del cuerpo mientras aquella persona disfrutaba de ella y de su espesa y roja sangre, mi cuerpo fue manchado por aquella viscosidad y las arcadas no hicieron falta.

El aire y el aroma de este se torno agrio y frío, mientras los gritos de aquella personas inocentes eran desgarradas desde las profundidades de su garganta, sollozos era la música para mi esa noche.
Vi estrangulaciones, decapitaciones, apuñalados con todos los órganos vitales del humano esparcidos por mi pequeña casa.
En ese momento no me preocupe por mi familia solo pensaba en mi y en el miedo que recorría en mi cuerpo al ver tal matanza.
Nadie me miraba ni si quiera esos seres podrían verme.
Lo mire desde principio a fin, bañada en sangre termine aquella noche, no llore, ni eso podría hacer ante tal estado de shock que había entrado.
Al entrar los primeros rayos de luz a mi casa todo se esfumó seguida de una espesa niebla, no había cadáveres, no había rastro alguno de aquella asaña macabra.
Me duche y queme la ropa.
Entre a mi habitación y allí vi a mi hermana, conectada al cargador de mi celular, sabía que eso pasaría y permaneció encerrada todo el momento.
Ella era la única que sabía aparte de mi lo que había ocurrido.
Mi familia estaba bien por extrañas razones y el día transcurrió con normalidad pero yo no podría jamás sacar aquellas imágenes de mi cabeza.
La segunda noche ocurrió de la misma manera pero esta vez mi familia fue incluida y no recordaré lo que pasó, es una muerte en vida al saber lo que pasó con ellos,los gritos y la manera en que aquellos seres se reía y se daban un festín.
Esta vez me vieron, me arrincone en una pequeña esquina de la habitación de mi abuela mientras dos hombres con la piel blanca y los ojos brillantes, me apuñalaron por muchas partes de mi cuerpo, duele, duele tanto que ni gritar puedo.
Me subieron a la cama y con las pocas fuerzas que me quedaban luche pero ellos tenían una fuerza inhumana y me arrebataron mi pijama, les di un golpe con mi pie pero fue el que quedo marcado mas en mi memoria, el dolor es indescriptible y solo aquellos que han podido experimentar sabrán que es como darle un beso a la muerte.
Mi tobillo y parte de él fue arrancado de un tirón y gritos y lágrimas por primera vez había aparecido en mi rostro.
Todo termino cuando lo hice, cuando la primer gota de lágrima cayó en mi mejilla y la mañana apareció de nuevo como si nada hubiera pasado pero esta vez mi pie estaba masacrado y mi familia estaba totalmente desaparecida.
Me quedé allí en cama, viendo como me desangraba lentamente gracias a las apuñaladas y el corte en mi pie cerca de la vena del corazón.
Me ahogue con mi propia sangre, la vista se torno nublosa y mi cuerpo empezó a contraerse dejando mi ser en un trance de paz, el dolor se había ido y solo miraba como mi cuerpo se movía tratando de dar sus últimos respiros.
Tal vez había muerto allí, tal vez fue así y justo ahora estoy en otro lugar que no fuese aquel lugar, tal vez aquello fue el infierno mismo o tal vez he regresado a lo mismo.

Dark MindsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora