Realidades

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Cuando duermes, tu cerebro viaja entre diversas versiones de ti mismo, en diferentes realidades.
Realmente los sueños es donde se te pone la prueba de que tan grande es tu imaginación o de cuánto puedes viajar entre ellas.

Al despertar me encuentro en una pequeña casa, paredes blancas y tejado rojo, en ella habían personas que conocía perfectamente.
Él estaba allí, con un teléfono móvil en sus manos, mirando fotografías de mi verdadera realidad, pasaba fotos y se burlaba de algunas ridículas, lo que me impresionó más era la manera en que pasaba las fotografías en la habitación que daba frente a mi, se proyectaban los recuerdos de aquel momento y se recreaban las personas como si fuera un programa de televisión.

Luego, todos miraban mi rostro y llamaban por teléfono.
Me sujetaron de mis manos y yo luche, supe de inmediato que no era bienvenida en esa realidad.
Metían en mi boca una clase de prueba para ver mi línea de ADN pero en mi se activo algo y saqué un pequeño control remoto de mi jeans y oprimí botones tras botones, mientras ellos obtenían mis resultados.
Con las fuerzas que tenía logra soltarme y a como pude les rebate las pruebas, salí al corredor de aquella casa y mire al fondo una clase de nave o coche flotante, era de un color rojo vino y tenía forma ovalada, tenía sólo cavidad de una persona, en la parte superior tenía un casco transparente para que el conductor tenga una visibilidad en el camino, su nombre era floating y y por las memorias de aquella realidad de mi otro yo supe que aquella máquina era como un camaleón, tenía herramientas jamás vistas por mi yo anterior, este floating podría adaptarse a las formas vehículares que yo quisiera, ¿Cómo lo supe? Al llegar mi floating, coches con las mismas texturas llegaron y supe que eran por mi.
Subí a aquella extraña nave seguida de los otros, el floating abrió su cubierta y entre, la textura era suave y de goma, podría adaptarse a todo tipo de cuerpos, frente a mi aparecieron los controles y el volante, la maquina me pregunto si quería automático a lo cual le respondí que no.
Active el turbo y salí, mientras los otros me seguían en sus propios floating oscuros dando a entender que eran de alguna corporación, mi pequeña máquina me decía que tan cerca estaban ellos así que por seguridad del conductor activo la velocidad más alta, pasaba árboles y coches a una velocidad tremenda.
Le pregunté si había algún pueblo cerca, para poder ocultarme, mi sorpresa fue que su respuesta nunca llegó pero la acciones que hizo me dio a entender que al lograr una velocidad muy alta logre transportarme a otra realidad.

Era un pequeño pueblo, de ambos lados habían casas pegadas, parecían casas comunes las cuales algunas se me hacían incluso familiares.
Baje por una pequeña rampa de arena y mi floating se pego a la pared de una de las casas más ocultas de esa pequeña colonia y este activo el camuflaje.
Salí de aquella máquina y mire el cielo, era de noche, oscuro y sombrío. Escuche músicas y cánticos pero no veía personas al rededor.
Subí de nuevo a la nave y le pedí que se convirtiera en un coche, este lo hizo y fue impresionante la rapidez, parecía una plastilina que fue metida a algún molde, entre al coche y maneje por la única calle que había allí.
Muchos coches, parecidos al mío iban detrás y delante, como si fuera una clase de caravana, en mi mente solo decía —No tengas miedo, no tengas miedo.

Iba despacio, para no llamar la atención, llegué a una pequeña zona donde casualmente terminaba la única calle, era una pequeña colonia donde la casas estaban pegadas a la carretera, eran pequeñas, un solo cuadro y tenían muchas hiervas y árboles, dando la impresión que era un lugar abandonado, mire a detalle cada casa y cada una tenía aproximadamente tres o cuatro lápidas puestas, como si fuera de un arreglo floral de aquellas, el olor a carne podrida y descompuesta cubrió mis fosas nasales y no pude evitar sentir el asco en mi interior.

Después de mirar todo y morir de miedo por aquel lugar, volví a escuchar los cánticos así que decidí caminar y averiguar lo que ocurría, el pueblo no estaba solo, todos me miraban con extrañeza y un poco tímidos.

Llegué al lugar principal, una zona libre con una fogata en medio, personas al rededor observando un baile, donde adolescentes y viejos brincaban al son del cántico de alguna lengua antigua.
Dentro del fuego se podría observar un cuerpo, de un hombre promedio, sentado, mirándome fijamente sin sentir algún dolor por las llamas que abrazaban su cuerpo.
Se puso de pie y las personas que danzaban y cantaban dejaron de hacerlo y me miraban, el hombre se puso frente a mi y me olio, lo único que dijo fue —Llegas tarde a la ceremonia
No entendía lo que pasaba así que solo seguí y copie el comportamiento de las personas que estaban a mi al rededor.

Hubo algo, que tal vez me marcaría toda mi vida, el hombre dentro de las llamas señaló a un señor de edad avanzada, este con manos extendidas se dirigió a él y hasta atravesar con cuchillos hasta morir, todos gritaron y lloraron de felicidad.
Realmente no entiendo que está pasando.

Cuerpos humanoides salieron de aquellas llamas, tal vez hombres, con pieles derretida dándole una textura grotesca, como una clase de vestimenta encarnada a sus cuerpos, sus rostros eran irreconocibles y soltaba un olor a pudrición, tomaron el cuerpo del hombre que yacía muerto y todos comenzaron a caminar detrás de ellos.

Los seguí, conduciéndome por el mismo camino que había recorrido hasta llegar a una pequeña rampa con árboles alrededor, entramos y encontramos a una pequeña casa en medio de árboles y respastos.
En medio del jardín se encontraba dos ruletas como de un juego se tratará.
Aquel hombre de las llamas dio órdenes de separar a los más jóvenes de los más viejos y luego separarlos por géneros.
Me miró y me ordenó que también ingresará allí, debo admitir, tenía miedo pero era más mi curiosidad que el miedo.
Era un grupo de diez chicos y un grupo de quince chicas de los cuales ocho fueron seleccionados del grupo de niños y diez del grupo restante.
Yo quedé fuera de la selección por fortuna, así que mire desde lejos la siguiente acción, los adolescentes corrían para subir en su ruleta correspondiente y mientras los demás habitantes cantaban y danzaban mientras la ruleta giraba, al terminar el ritual la ruleta paro y los niños fueron destinados a la acción que la ruleta les ordenaba.
Una chica se me acercó y no pude evitar preguntar, a lo cual me contestó que la deidad que manejaba aquella ruleta era de muerte, cada año se decide como morirá cada integrante del grupo seleccionado, para ellos era como si esa deidad los mirara y los bendiciera con el don de morir.

Me aleje de ella, era extraña, con cabellera roja y una piel extremadamente pálida.

Mire a una de esas criatura humanoides y dio un grito infernal aturdiendo mis oidos y todos corrieron, yo salí de allí.
Tome la calle de lado izquierdo mientras los demás tomaban el contrario, la calle se torno con textura de un pasillo gigante y árboles inmensamente grandes, camine tranquilamente hasta que sentí que alguien me seguía, gire mi cuerpo y observe a un chico de mi edad, asustado y confundido, me dijo que él hace un par de siglos quedó atrapado en esta realidad, era un lugar donde habitaban personas de una altura sorprendente y adoraban comer pequeñas personas como nosotros, me advirtió que al final del pasillo encontraría al guardián de la puerta de aquel mundo y era aterrador.
Ignore sus advertencia, quería salir de allí y regresar a mi realidad, estaba cansada así que emprendí mi largo camino por aquel inmenso pasillo, el me seguía, tal vez vio chispas de esperanza en mi.

Al llegar allí, efectivamente, logramos toparnos con esa criatura extraña, era exageradamente alta y tenía cabeza de un bebé deforme, su cuerpo era gordo y grasoso, de su boca brotaba una baba verde con un olor a alimentos rancios, al parecer dormía así que logramos pasar sin problema, al pasar aquella puerta un jardín con un inmenso campo y árboles de pino nos recibieron, era hermoso pero peligroso.
Un hombre, de aquel mundo, nos llamó por nuestros nombres, nos permitió bajar de aquel pasillo infinito y nos dijo que era imposible estar allí, siendo nosotros mortales como podríamos recorrer estas realidad sin morir.
El hombre era un sabio, era como un guardián de aquellas almas etéreas perdidas en los sueños o realidades ajenas a las nuestras.
Al chico le dio un pedazo de soga y lo amarró a su pie izquierdo y al decir unas palabras de nuevo en un idioma que jamás había escuchado este chico desapareció disolviéndose como agua.
El sabio me observó y sólo me dijo.

—Es tu turno de regresar, has tenido una prueba de lo que tu mente es capaz.

Cerré mis ojos y me hundí en un agujero negro, perdiendo la razón.

Dark MindsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora