Extra- Chismes por doquier

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2/4 extras.

Arriba tenéis la foto de los trillizos. Alec/ Sia/ David.

Donde los trillizos disfrutan de un chisme y hay palomitas y palas. Los trillizos tienen 18, Eddie tiene 12 y Diana tiene 6.

Sia estaba sentada leyendo un libro que le habían recomendado en historia del arte. Su bloc de dibujo había quedado olvidado en el suelo mientras tenía una canción de Imagine Dragons sonando a máximo volumen, para poder concentrarse.

Era su momento del día, ese en el que se trenzaba el pelo pelirrojo hasta la cintura, se ponía sus gafas de lectura y una cómoda camiseta de Alec.

Comía de vez en cuando unos cubitos de zanahoria, porque se había vuelto vegetariana a los 16. Apestaba no poder comer carne, pero más apestaban las granjas de animales que los maltrataban. Se negaba en rotundo a participar de ellas.

Estaba a punto de meterse otro bocado, cuando alguien entró como una exhalación en su cuarto, cerrando la puerta detrás de él. A través de la música, escuchó el sonido y notó el golpe. Alzó la cabeza, con una ceja arqueada.

Frente a ella, Alec estaba tratando de recuperar el aliento, y eso era decir mucho. Dos metros con tres de alto, 105 kilos de puro músculo y becado en la universidad por su desempeño en fútbol y boxeo, era el Styles más apto para ganar una Olimpiadas que no fueran de ajedrez.

Así que, verlo jadear como cuando a David le obligaron a hacer gimnasia a los 12 fue todo un espectáculo.

"¿Qué coño te pasa?" Preguntó Sia, más con sorpresa que con enfado.

"Ne... necesito un segundo" resopló, alzando un dedo. "He corrido desde la casa Sigma hasta aquí".

"Oh..." dijo, ahora más intrigada. Cuando entraron a la universidad, Alec se unió a una fraternidad. Sus amiguitos futbolistas habían estado increíblemente felices de esto, David solo se había encogido de hombros y ella había vuelto a darse cuenta de que cada día le gustaban más las féminas. Nada nuevo. "... y has venido corriendo porque... ¿por que?"

"Creo que la he cagado" resopló, dejándose caer sentado. "Pero, a lo grande"

"Sorpresa" dijo la voz de David, desde el interfono de su holograma. "Veinte a que es un embarazo"

"Cincuenta a que ha hecho una redada la policía y han encontrado coca en la fraternidad" contestó Sia, dejando de lado el libro.

"Mierda... no se me había ocurrido eso"

"Joder, sois lo peor" gruñó su hermano, ya casi recuperado y moviéndose hacia el puf negro que solía ser su lugar en la habitación.

"Creo que hemos acertado" canturreó la pelirroja.

"Tendré que limpiar tu historial de la policía, otra vez" suspiró con cansancio David. El holograma hizo como que lloraba.

"No, no es eso, coño. De momento" se llevó los dedos a los ojos. "Pero mierda..."

"Al grano, que queremos saber quién ganó" apremió David.

"Ninguno" gruñó el alfa. "Le he roto la nariz al hijo del Congresista Hamill"

Un silencio se extendió por el lugar, haciendo que Alec escuchara más claramente sus propios latidos.

"Mierda, voy para allá para escuchar el chisme. Dadme un segundo"

El holograma desapareció, y se escucharon los pasos de David por la casa, rápidos.

"Humm... no diré que no se lo merezca pero..." comenzó Sia, cuando el último trillizo se estampó en la habitación. Su cuerpo alto y delgado se dejó caer elegantemente en la silla gamer negra de su hermana. "¿Por qué?"

Código binario (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora