1110 parte 2

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Harry estaba totalmente paranoico.

Yo aún estaba secándome el pelo tras la ducha, con la camiseta ancha ya colocada y unos pantalones anchos que me hacían estar cómodo con mi, ahora, un poco prominente barriga. Me apoyé en la puerta del baño, viéndole desgastar el suelo, mientras daba vueltas sobre sí mismo. Parecía un león enjaulado, en esa chaqueta negra, con el ceño fruncido y el pelo suelto.

"Harry, me estás mareando" suspiré, dejando de lado la toalla y terminando de peinarme.

"Louis, no creo que sea una buena idea que vayamos a clases" habíamos estado discutiendo lo mismo desde hacía tiempo y yo estaba seguro de mi decisión.

"No es como si no pudiera ir a trabajar, tengo que hacerlo" paré su queja con la mano, poniendo los ojos en blanco. "En serio, esto no es discutible. Tienes que ir para terminar el curso y yo tengo que ir porque si no me llevan preso".

Me até la chaqueta, cogiendo las llaves que Sia había colocado cerca de la puerta.

"Al menos, dime que me escribirás cada cierto tiempo" pidió, ya desesperado al verme con la mano en el pomo de la puerta. Me giré sobre mis talones entonces, y di tres pasos hasta ponerme cerca. Harry olía a cielo y tierra al mismo tiempo. Miré sus ojos verdes intensos y llevé mis manos a las solapas de su abrigo. Alisé el frente y, sin dejar de mirarle a los ojos, dejé un suave beso en la comisura de sus labios.

"Claro, lo que quieras" le dije, contra su piel, rozándole con mi aliento.

"Me da la impresión de que no me harás ni caso" se quejó, pero pasó sus brazos por mi cintura.

"Correcto" me alejé antes de que pudiera besarme, porque sabía que si empezábamos así no llegaríamos nunca. Hacía mucho frío esa mañana de enero, así avanzamos rápidamente hacia el coche aparcado en frente de mi casa.

De nuevo tuve la sensación de que me observaban, pero esta vez estaba seguro de que tenía que ser real. Me quedé un segundo con la puerta abierta del copiloto, mirando alrededor. Fruncí el ceño, dudoso, pero decidí que prefería enfrentar los problemas de uno en uno.

Necesitaba mirar a Thomson a los ojos y comprobar que era él.

Me metí finalmente en el coche antes de que Harry sospechara que algo andaba mal. Puso la calefacción y fuimos a buscar a Niall.

El humor se le calmó un poco con la charla ligera de Niall. Yo estaba enfrascado en intentar calmar mis nervios. Necesitaba actuar con normalidad para el profesor. O fuera lo que fuera eso. Tal vez era una especie de monstruo que adquiriera cualquier forma.

Asco.

Nos bajamos del coche y fuimos directos a la facultad. Me había dado cuenta de que la gente me había empezado a saludar más a menudo, ya fuera por algún seminario o por las clases. Les devolví el saludo, distante. Por suerte, dentro estaba puesta la calefacción. Mientras Niall seguía parloteando, me acompañaron hasta mi despacho. Coseguí convencer a Harry para que se fuera a clases (siendo arrastrado por Niall). Y yo me armé de valor. No sé exactamente en qué estaba pensando que encontraría dentro. Igual a alguno de Men in Black o algo. Sin embargo, Thomson estaba revisando unas hojas, sentado en su mesa.

"Oh, Louis" me lanzó una sonrisa cálida. Sin embargo, sus ojos no parecían los usuales, mucho más alertas de los típicos soñadores del hombre.

"Hola, señor Thomson" dije, casi en automático.

"¿Qué tal han ido las Navidades?" preguntó, volviendo al trabajo. Claro que él no lo sabía, Louis no le había contactado por miedo. Me aterraba ese hombre, porque en el fondo algo me decía que no era él mismo.

Código binario (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora