Siempre he creído que...

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N/A: no voy a mentir, iba a subir también es superhero, pero me he entretenido releyéndome Bratva. Juzgadme si queréis, pero a ver cuantas de vosotras no lo habéis hecho jajajaja
Me he dado cuenta de lo dulce y bonito que es el Louis de Bratva y lo bruto y desagradable que es el mío jajajaja

En fin, yo le quiero igual.

June la lectora compulsiva.

Siempre he creído que los niños eran malos. Sí, son crueles, injustos y un poco hijos de puta. Aunque se que suena horrible, créeme. Tengo tres hijos de seis años y otro en camino.

¿Como me engañó Harry para el cuarto? Aún me lo pregunto.

Pero, volvamos a la conversación y hablemos de la naturaleza salvaje. O, mejor dicho, hablemos del comportamiento y de los planteamientos que una mente enfermiza como la de tres niños, funciona.

¿Los nombres de estos tres protagonistas? Sia, David y Alec.

Cuando un rayo de sol que me da en la cara y mi típico antojo mañanero de comer chile con chocolate me despierta dulcemente, no abro del todo los ojos. Soy como una princesa Disney que se estira al lado de su alfa, que ronca armoniosamente en su oreja. No es que sea que el que dicho alfa se haya convertido en policía experto en ataques informáticos haya hecho que ronque de esa manera, sino que el cansancio de la noche anterior le había llevado a dormirse en una postura desagradable.

Así que, románticamente (como omega romántico que soy) me echo armoniosamente hacia atrás y me giro, para poder darle un beso en la mejilla.

Harry se remueve, sonríe mostrando sus hoyuelos y abre los ojos, parpadeando para alejar el sueño. Me envuelve entre sus brazos, apretándome contra su cuerpo, y besa mi nariz.

"Buenos días, amor" me susurra muy bajito, como si temiera asustarme. O quizás teme asustar a mi enorme estómago de 8 meses y medio. ¿Quien sabe?

"Hummmm... buenos días" suspiro, poniendo mi rostro contra su cuello. Harry acaricia mi estómago con suavidad. Un gran despertar.

Es ese el momento en el que la mente malvada maestra, Sia, decide dar la orden de atacar a sus dos esbirros.

Vestidos con los calzoncillos de Harry en la cabeza, y unos pantalones pre-Mamá que habían desaparecido la semana anterior, que juntaban a David y Alec. Ambos cayeron sobre nosotros como bombas, mientras Sia agitaba un plumero y gritaba "al ataque".

Dios bendiga a Harry por tener unos reflejos sobre-desarrollados y pudo alcanzarlos antes de que se estrellaran sobre nosotros.

O tal era ya parte de la rutina. ¿Quién les entiende?

Con un chichón en la cabeza, los tres se sientan enfurruñados mientras comen el desayuno. Harry se está duchando mientras le preparo algo para que se lleve a la oficina. Y ahí, es cuando los tres demonios empiezan a parlotear.

Oh, espera. Es cierto, no te los he presentado por separado, ¿cierto?

David es el más tranquilo de los tres. Es el mayor, el primero en nacer. Tiene los ojos verdes, pelo castaño y liso, y no se de donde los habrá sacado, pero está lleno de pecas. Es con el que menos me tengo que pelear para despertar, y tiene la mayor parte del tiempo esa cara de seriedad (y de circunstancia) tan parecida a Harry.

Alec es el mediano. Con ojos azules, pelo chocolate, pero liso, siempre lleno de maratones y de heridas. De verdad, que a quien se le diga, creerá que lo maltrato o algo por el estilo. Ahora mismo tiene una tirita en mitad de la frente de cuando Sia le convenció de que podía partir nueces con la cabeza.

Código binario (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora