Epílogo

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Mi madre decía que el tiempo pone a cada uno en su lugar...

Una persona entró al hospital de Santa Clara, con una mochila al hombro. Sabía bien a quién estaba buscando, así que preguntó en recepción por el detective William Gasllow. 

Le dieron la habitación 323. Conforme se acercaba a ella, le dijeron que el hombre había ayudado en una operación de rescate de varios omegas. Éstos habían estado encerrados en el sótano de un predicador que se había vuelto totalmente loco, algo sobre ver fantasmas. 

Cuando se abrió fuego, el policía Gasllow había corrido a cubrir el cuerpo de uno de los omegas que habían rescatado. Sus compañeros abrieron fuego también, matando al predicador casi al instante. Pero él había quedado en coma durante años. 

Hasta que, días atrás, se había despertado. 

"Así que... ¿Te llamas William?" preguntó el rubio, tras mirar el rostro del rubio que estaba confundido por su visita.

"¿Nos conocemos de algún sitio?" le preguntó el otro, confuso intentando recordar de dónde le sonaba. 

"M... no lo creo. Te recordaría" le sonrió Niall.

... que el destino es un engranaje que nunca para...

"Vamos Louis, empuja" gritó Harry.

"¡Se nota que no es por tu culo por donde están sal... ¡MIERDA!" gritó el ojiazul. "¡NUNCA MÁS, HARRY!"

... que sigue el curso de las cosas así y que son inevitables sin embargo, a veces, sólo se necesita un ligero empujón...

"Entonces... ¿Echamos al final uno en tu oficina o debo sacudírmela en solitario?" preguntó Stiles, mirando con malicia al detective Hale. El hombre serio, suspiró, tratando de bajar el enfado que le daba ver lo despreocupado que era el joven.

"El último" avisó.

"Claaaaaaro..."

... un pequeño salto...

Se despertó en la mañana por el sonido del mensaje y la foto de Harry sonriendo con los dos niños en los brazos y un Louis dormido al fondo con la niña en el mismo estado de sopor.

"Tal vez deberíamos plantearnos nosotros también tener una familia" le preguntó Zayn desde el otro lado de la cama, antes de proceder a abrazarle.

"Tal vez..."

... un pequeño paso...

Eileen se levantó esa mañana por el sonido de la puerta siendo golpeada. Ella se levantó pesadamente, con ojeras debajo de sus ojos. Cansada. Devastada. 

Porque su alfa ya no estaba con ella. 

Abrió la puerta, para encontrarse con un militar que le tendía una carta y una condecoración. Iba vestido de luto, pero Eileen no pudo evitar que las lágrimas cayeran de nuevo aunque esta vez estuviera riendo amargamente. 

En una perfecta caligrafía, en el sobre, por la mano de su alfa, ponía: 

Para Eileen. 

... o una palabra...

Louis miró hacia la ventana, donde sentada en la butaca estaba Sia, con una sonrisa dulce.

Admiraba a los niños desde la distancia de la misma manera en la que siempre miraba a Louis cuando pensaba que éste no se daba cuenta. Con anhelo. Anhelo a vivir, a ser real, a poder tocar y sentir de forma tangible. 

"Siempre voy a amarte"

"Yo también"

"¿Recuerdas cuando éramos sólo tu y yo?" preguntó Louis, suspirando. 

"Oh, claro que sí. Siempre fuiste un niño muy imaginativo" le dijo, con una mirada soñadora. 

"Fuiste mi primera alucinación de la esquizofrenia" le contestó el omega. 

"Si es que se me puede llamar así" volvió a decir ella, encogiéndose de hombros. "Nos lo pasamos bien. Ya sabes, sólo siendo nosotros sin nadie más" 

"Cómo olvidar cuando me robabas la ropa" dijo él, mordaz. 

"O no querías salir"

"O me escondías los cigarros" contestó, refunfuñando. 

"O cuando no querías ducharte" le devolvió la pelota. Louis sacudió la cabeza, riendo. 

"En ese momento, sólo quería morirme" dijo como si nada, restando importancia. 

"Lo sé. Por eso fui tan increíblemente feliz cuando conociste a Harry" dijo él, suspirando. 

"Tú me salvaste la vida en ese momento" los ojos azules del omega en los suyos. "Los otros iban y venían. Pero tú no. Tú nunca me fallaste, ni siquiera al final"

"Oh, venga, no seas tan sentimental, omega" elle se rió.

"Ser sentimental no es lo mío"

"Pero a veces se te da bien"

Un silencio cayó, no era desagradable, no era pesado. Era solo eso, silencio.

"Gracias por ser mi amiga, Sia"

No era sólo un gracias. Eran todos los sentimientos que él podía depositar en una frase, que podía añadir a algo. Louis, en ese momento, le estaba diciendo que no se arrepentía de haber sufrido lo que sufrió por ella, que volvería a pasar por todo ello si significaba que podían volverse a encontrar. 

Con sus momentos. Los buenos y los malos. 

Porque él había sido lo mejor que podría haber ocurrido en su vida, daba igual cuál hubiera sido el desenlace, que no hubiera cambiado ni un sólo momento de esos años con él. 

No era un adiós. Era un hasta luego.

Y, tras una pausa, ella despareció para no volver.

... para que esos engranajes cambien y vayan justo a donde nosotros queremos ir.

Nosotros dibujamos nuestro propio destino, nuestro camino. Nunca estamos solos, si sabes mirar a tu alrededor te darás cuenta de que vives en un mundo de locos, un mundo que es cambiante, que es impredecible.

Y, quién sabe, ¿No estamos todos un poco locos en el fondo?

Código binario (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora