CAPÍTULO 18

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La noche fue dura, el frío y la soledad se sentían mucho más que antes, él... ya no estaba ahí, ya no... volvería, ¿qué se supone que iba a hacer ahora?, ¿seguir esperando a alguien a quien pudo haber salvado?, ya no entendía cual era su propósito en la vida ahora, sólo quería dormir y ya nunca despertar porque una de las dos razones para levantarse cada mañana y dar lo mejor de sí mismo, ya no estaba, el amor de su vida al que ya no iba a poder ver, abrazar, besar ni... hacer lindos recuerdos juntos.

Los días pasaban y escuchaba su voz una y otra vez reproduciendo aquellos videos en los que ambos se veían tan felices juntos, dónde el dolor no existía y el amor predominaba.

El timbre de casa sonó, ni siquiera se había percatado de ésto hasta que su hermano entró a la habitación. Por inercia tapó su rostro con aquella delgada sabana y sólo dio la espalda al adverso.

— Hyung...

— Por favor, vete — musitó.

— Te dejaron algo en la puerta y... — tragó saliva tratando de mantener sus lágrimas — hyung... — llamó de nuevo 

SeokJin ya un poco fastidiado sólo se sentó con el ceño fruncido pero relajó su rostro al ver lo que su hermano traía. Se puso de pie y ahí tomó aquella carta, algo confuso la abrió y fue ahí dónde sintió cómo su corazón se detenía y las lágrimas parecían correr más rápido que un río en lluvia. Jungkook solamente lo observaba imaginándose el contenido de aquella y fue ahí cuando vio a su hermano tomar aquella caja y así ponerse de rodillas mientras abrazaba aquello comenzando a llorar desesperadamente.

El menor solamente bajó la mirada limpiando sus lágrimas para así salir de la habitación y dejarlo a solas pues entendía que no quería a nadie más que aquella caja, ahí... con él.

— ¿Por qué me dejaste? — susurró — Te necesito aquí conmigo, no puedo vivir sin tu... amor, no puedo — sollozó.

Sentía cómo si su corazón fuese apuñalado miles de veces por pequeños alfileres. Quería irse con él, quería una vida con él, ¿esta sería la última?, ¿podría buscarlo en otra más?, no lo creía.

Estaba hecho trizas, creía que pudo haber evitado aquello, creía que era su culpa al no poder ir hasta él y haber sostenido su mano, creía que la culpa era suya por no haberlo buscado mucho más, pero... era lo contrario, él no tenía la culpa, la tenía su familia y ahora que sabía la verdad... dolía muchísimo más. No pudo despedirse bien de su único amor, y aunque él no lo sabía, también en su vida anterior, lo había perdido. Era él destino, de alguna forma no quería que aquellos estuvieran juntos, ¿el por qué?, nadie lo sabe, pero todos sufrimos lo mismo que ellos al acompañarlos en aquella corta y dura travesía de un amor roto de la manera más dolorosa posible.

Luego de unos minutos se puso de pie y dejó aquella caja en el pequeño mueble al lado de su cama. Tomó aquella sudadera que aún tenía de su chico y se la puso, se abrazó así mismo y ahí de nuevo sintió sus lágrimas salir al sentir el olor de Hoseok invadirlo. Se estaba haciendo daño así mismo, ¿pero qué más podía hacer?, la única persona que amó ahora ya no estaba y nunca más iba a regresar.

Por otro lado Jungkook se encontraba en la sala sintiéndose también muy triste pues Hoseok había sido una de las mejores personas que había conocido, incluso, cuando algo se le olvidaba, él volvía a recrearlo, lo hacía sentir seguro y lo veía cómo alguien más de la familia. De alguna manera su ausencia se sentía en aquella casa, podía recordar solamente un poco de su risa, pero... tenía por seguro que era algo que iba a olvidar.

El sonido de pequeños toques en la ventana de su izquierda llamaron su atención, Jungkook al girar hizo un pequeño puchero sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas y fue ahí cuando salió inmediatamente. Taehyung fue hasta la puerta y ahí sintió cómo el azabache lo abrazaba comenzando a llorar de forma desconsolada. Podía sentir lo mucho que el menor también había sido afectado por aquella noticia, al sentirse aún más sólo debido a que su hermano no quería a nadie más junto a él, y aunque no fuera lo mismo, Jungkook también necesitaba apoyo.

Kim se dedicó solamente a acariciar su cabello sintiendo cómo el adverso se aferraba a su cuerpo dejando salir todo lo que se había guardado. Habían pasado dos días desde aquella gran perdida y no había podía reaccionar hasta tiempo después, justo con Taehyung. 

Ambos se sentaron en la banqueta frente a aquella casa, sólo viendo hacia el cielo gris, sin dejar de abrazarse y sólo apoyarse mutuamente. Sin duda Taehyung había sido una gran ayuda en esos momentos, pero, se sentía tan mal al saber que su hermano ya no tenía esa ayuda, y que tiempo atrás era ellos los que estaban sentados en ese mismo lugar viendo la estrella junto a la luna.

— Hyung... prométeme que nunca me vas a dejar — musitó el azabache.

Kim bajó la mirada hasta él y ahí sonrió dando unas cuantas caricias en su mejilla para luego limpiar sus lágrimas.

— Nunca me alejaría de ti — susurró. — tampoco quiero que tú te alejes de mi.

— Yo... — observó directamente a los ojos del castaño — tampoco me alejaría de ti.

El mayor sonrió y volvió a acercarse un poco más para así volver a abrazarlo y quedarse por un rato más en aquella posición, siendo sólo ellos dos.

MEMORIES LIKE SHOOTING STARS | Taekook [ HIATUS ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora