Capítulo 6: Qué triste es la vida humana

366 21 1
                                    

Michela "Ana"

Hace dos días casi me atropellan pero menos mal que use mis poderes sin ser vista porque si moría la tierra caería en un desastre total y ahora casi me muero golpeada, los humanos cambiaron por completo ya ni los reconozco, mis lágrimas caen una tras otra recordando como la vida humana cae cada día más abajo, vine a este mundo con tal de guiarlos pero ni que sea se por donde empezar, tal vez no sea la adecuada para esta misión, tengo miedo de fracasar y no poder devolver la sonrisa perdida de Dios pero del otro lado estoy triste por no poder saber como ayudarlos pero tampoco debo renunciar sin saber que alguien responderá a mi ayuda.

-No te preocupes.-dice Castiel suavemente.-No debes llorar.-me mira.

-Tu como sabes que lloro.-pregunto confundida.

-Porque el cielo lo hace.-me muestra las gotas que caen.

Tenia razón si lloro él se preocupara por mi y eso me dolería aún más, seco mis lágrimas y le digo de dejarme aquí, salgo del carro para dejar que la lluvia me moje y digo las palabras para mostrar mis alas cuando Castiel me para.

-Recuerda te meterás en peligro y harás que el rey de reyes lo este.-me jala al carro.

Tal vez tenia razón pero quería ayudar rápido a los humanos ya que sino lo hacía terminarían cayendo pero no podía arriesgar la vida de Dios, apoyo mi cabeza en la ventana y miro como la naturaleza es destruida cada día, me gustaría cambiar el mundo pero ese no es mi poder, el mio solo es guiarlos y mostrar compasión, los humanos pueden ser estúpidos pero no por tres o por más que sean todos deben ser condenados, tenia que ser fuerte y demostrar que no me daré por vencida después de todo soy la princesa de la luz y el amor pero también mano derecha de Dios.

-Más calmada.-me saca de mis pensamientos la voz gruesa de Castiel.

-Sí te agradezco.-respondo suavemente.

-Sabes debes acostumbrarte a mirar como los humanos se pierden y...

-Mira Castiel.-me doy la vuelta bruscamente.-Toda mi vida he estado al lado de Dios mirando como los humanos caen en el inframundo.-lágrimas recorren mis mejillas.-Lo he visto llorar, lo he visto triste pero nunca se dio por vencido.-cierro mis puños.-Y yo haré lo mismo.-me apunto con el dedo.-Sí solo una persona me escuchará estaría contenta porque Dios me mostraría una sonrisa aunque sea una.-me voz se eleva un poco.-Quiero verlo feliz, no soporto verlo triste.-mis lágrimas salen una tras otras dejando el mar seco.

-Lo lamento se que es duro para ti.-dice levantando mi mentón y luego seco mis lágrimas.-Olvida lo que dije.-me mira triste y luego mira su ruta.

La vida humana puede ser complicada pero todo esta en su mente, si tan sólo vieran que la vida no es un obstáculo sino un día par volvernos fuerte y no dejarse llevar solo que los humanos no entendía ese significado, cada paso que da el carro observó que son tan diferentes.

-Majestad piensa quedarse aquí.-me dice Castiel.

Mis pensamientos eran tan profundos que ni cuenta me di que habíamos llegado a casa, entró acompañado de Castiel, subimos las gradas que llevan al apartamento y vemos que este esta abierto, mi corazón bate mil al hora porque tenia la sensación de que me habían descubierto cuando entramos vemos a un hombre alto calvo.

-Oye Alel la próxima vez echa la puerta con llave.-le grita Castiel.

Este lo mira y no le contesta, se me acerca y me inspecciona.

-Hola soy Alel el guardián de los sueños y esperanzas.-se presenta con una sonrisa.-¿Cual es el tuyo?.-pregunta confundido.

-Me llamo Michela y soy...

Fallen AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora