Capítulo 12: Quiero saber más de ti

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Michela "Ana"

Ya han pasado un mes desde que vi a Nathan y Henri por la última vez, ahora me dan de alta, mi supuesto hermano me lleva a casa ya que mañana tenia clases, desde que Nathan me confesó sus sentimientos y que Henri también los hizo me siento muy perdida, Henri tiene ese lado oscuro pero a la vez tierno que me atrae y Nathan es frío por fuera pero carga un duro pasado, esto si que se me salio de las manos.

-¿Qué piensas?.-la voz gruesa de Castiel me interroga.

-Algo.-lo miro seria para que evitará de preguntar.

El me mira y se calla, que extraño a veces se comportaba Castiel, actuaba más como un guardián y no como un hermano en realidad actuaba como los hermanos Salvatore.

-Sabes que puedes contar conmigo.-su voz me asegura aun más.

Estar con Castiel me aseguraba aún más tal vez porque es un ángel y me entiende cuando siento su mano sobre la mía, lo miro y me rio, era una persona muy amable lo extraño era que nunca vi sus alas.

-Castiel de que color son tus alas.-mi curiosidad me lleva ha hacer esa pregunta.

Castiel saca su mano y lo mete en el volante, estaciona el carro para poder hablar mejor y me mira con una mirada vacía, una mirada que nunca vi jamás, este chico si que era un misterio.

-Igual que tu soy diferente a los ángeles normales.-su voz suena vacía sin ninguna expresión.

Quería decir algo que prefiero callarme porque sabía que no me diría nada, este ve mi expresión y se da la vuelta para arrancar y dirigirnos a casa, en el trayecto no volví a preguntar ni el me miro, fue muy callado hasta que llegamos a casa y subimos cada uno se dirigió a su habitación, entro en la mía y me siento tan rara pero a la vez triste por no saber nada de él ni que sea sus pensamientos.

-No Michela tu y él no.-peleó con mi conciencia.

Me dirijo al espejo y remarcó que la tinta se va, me inquieto que salgo eufórica y me chocó con Castiel que me caigo pero este me atrapa del brazo y veo en sus brazos una palabra Liar, mentira pero porque.

-¿Por qué corre?.-su voz me hace mirarlo.

Lo miro pero no saco de mi mente su tatuaje porque decía Liar a que se refería eso, Castiel no era un mentiroso eso es imposible de creer.

-Dime porque corrias.-esta vez su voz se volvió aun más fuerte que hizo que me sobre saltará.-Lo lamento.-me toma la mano ya que me estaba yendo.-Disculpa.-su voz estaba quebrantada.

Lo miro y le digo que acepto sus disculpas, sus ojos azules se veían muy fríos por fuera pero su corazón meto mis dedos en su pecho.

-¿Qué... Que haces?.-tartamudea.

Lo miro y me doy cuenta de lo que hago, saco mis dedos pero este me tira contra él y me acorrala en la pared.

-No pares.-me súplica su cálida voz.

Sus ojos están muy cerca, siento su aliento a menta, su palpitaciones que me vuelven extraña, Castiel se me aproxima y nuestros labios se encuentran a unos dos centímetros.

-Regretare esto.-sus labios tocan los míos.

Por primera vez Castiel no era el chico frio y Playboy sino cálido y tierno a la vez, sus manos me agarran las muñecas porque mis piernas me tiemblan lo que hace que me cuelgue.

-Chicos llegó papa.-grita desde la puerta Alel el angel de la esperanzas.

Castiel y yo nos separamos pero yo me quedo en el suelo y Castiel se precipita al salón para no levantar sospechas.

Fallen AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora