Capítulo 11: Qué es este sentimiento

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Nathan

Cuando los para médicos me sacaron de la habitación de Ana sentí que mi corazón iba a explotar de dolor pero tenían razón porque ella necesitaba descansar un poco, camino de un lado para el otro esperando noticias del doctor.

-Usted es familiar de la señorita De La Cortes.-la voz del doctor me hace dar vuelta que digo que soy su novio.-Esta estable pero necesita descansar.-me asegura con una mano en la espalda y luego se aleja.

Bueno al menos esta estable, eso ya me tranquilizaba, pero no podía verla que prefiero esperar en el pasillo hasta que me lo permitan, porque me importaba ella si solo la conoci hace tres días y ya me importa, que extraño sentimiento, Ana es tan amable y sociable que cada vez que hablo con ella me siento seguro, mierda esto si que se pone extraño me estaré enamorando de ella lo que haría que mi hermano se enfureciera pero no puedo calmarlo es más fuerte que yo.

-Señor.-siento una mano me doy la vuelta y veo una enfermera.-Puede entrar a verla pero no haga bulla esta dormida.-me pide la enfermera con una sonrisa pero mala suerte mi corazón tiene dueño.

-Muchas gracias.-la agreder con y abro la puerta lentamente.

Cuando entro veo a una bella doncella que solo espera ser besada por su príncipe azul, se veía tan frágil durmiendo, tomo la silla y me siento a su lado, tomo su mano y la pongo sobre la mía.

-Eres tan perfecta Ana.-le susurro.-Eres mi luz en la oscuridad.-acarició con mi otra mano su cabello esponjoso.-No te conozco bien pero me enamore de ti.-esta vez mi mano toca sus labios cálidos.-Me muero por besarte y tenerte a mi lado por siempre.-me acercó más a ella y le doy un beso en la frente.

Mierda que soy tan cobarde pero no me atrevo a besarla sin mi permiso, mis ojos siguen clavados en sus labios, esto si que se ponía duro para mi, ni modo en la vida hay dos clases de hombres los cobardes que regretan de no haber podido y los coraje que lo hacen sin importar las consecuencias. Me acercó y beso sus labios que me provocaban un sentimiento llamado amor o eso creo.

-Te amo.-me separó y la sigo observando.

Esa noche me la pase observando cada línea de su cara, cuando al día siguiente ella abre los ojos y me mira, una sonrisa se dibuja en su rostro, esa sonrisa hizo despertar en mi la felicidad de verla.

-Al fin despiertas princesa.-acarició su cabeza y dejo caer una mecha.

-Te quedaste toda la noche a mi lado.-su voz suena tan débil y despacio.

-Sí y me quedaría toda la vida.-le digo acomodando su mecha.

Ella me mira y se sonroja, mierda que dije o no, no habrá pensado que me gustaba o si lo hizo.

-Entonces para estar a mano Yo estaré a tu lado.-me contesta con una sonrisa.

Esperen acabo de oír eso, ella haría lo mismo, mierda creo que necesito un doctor para mi corazón ya que esta chica me va a matar de felicidad, la miro en los ojos y me veo en ellos.

-Ana... Yo... Ana...-ahora si que esto era más que extraño una mujer me pone nervioso.

-Nathan.-me mira en los ojos y me pide de acercarme.-¿Por qué se odian tu y Henri?.-su voz sonaba triste.

Esperen se preocupaba por Henri o por mi pero tenia que contarle la verdad ya que me gustaría compartir mi vida con ella.

-Hace dos años mi hermano trajo a su primera novia.-hago pausa para no tratar de llorar.-Ella era bonita pero sabia que no lo amaba porque la conocía ya que antes ella era mi novia.-mierda no puedo seguir más.

Fallen AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora