Capítulo 21: Ya no puedo más...

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Michela "Ana"

-Nathan lamento lo ocurrido.-lo ayudo a ponerse de pie.

-Ana dime la verdad.-su voz estaba tan débil.

-Será mejor que no sepas nada.-lo apoyo contra la pared.

-¿Por qué?...

No podía decirle la verdad pero tampoco no podía mentirle ya que Castiel me expuso demasiado.

-Nathan no soy humana.-esas palabras me dolieron al decirlo.

-Ya me daba cuenta.-porque dijo eso.-Sabes cuando te acuchillaron un humano normal moriría pero tu no.-siento sus manos acariciar mi pelo.

Tenia razón, esa noche debi morir pero como soy inmortal no pude hacerlo.

-Lamento meterte en esto.-me apego a él para abrazarlo.

Sus manos me acarician, sentía un calor que nunca sentí.

-Buenas noches debería decir princesa Michela.-una voz gruesa y maléfica me da escalofríos.

Me doy la vuelta y veo a Baal y los seis demonios parados en forma de ataque, esto está muy mal; no podía exponer a Nathan en esto, me paro frente a ellos y digo mi invocación.

-Yo Michela; Princesa de la luz y mano derecha de Dios, invoco ante mi...-hago gestos con mi mano.-Paz espada de la creación.-una espada de oro puro aparece.-Alastor espada de la destrucción y de la justicia.-una espada de color negro aparece.

Despegó mis alas y tomo a Nathan conmigo para huir de ellos, me doy la vuelta y veo que perdieron mis pasos, me paro en un inmueble y ayudo a Nathan para que se siente contra la pared.

-Me encanta tu forma.-su sonrisa en este momento me reconfortaba.

Me agachó para usar mi magia y curar sus heridas.

-Tan atenta como siempre.-esa voz la conocía.

-Hermano.-me doy la vuelta bruscamente.

-Puedes huir de ellos pero no de mí.-tenia razón; jamás podría huir de él.-Ahora ya no me con tendré.-Lucifer se precipita ante mi y me toma del cuello.-Te voy a matar.-una espada larga se incrusta en mi abdomen.

-Ahhhhhh.-grito de dolor.

-Que patética te ves.-mi hermano suelta una risa.

Me siento como una oveja delante un lobo al cual temo.

-Te olvidaste de mi Lucifer.-esa voz gruesa me hacía sentir segura.

-Pero quien esta aquí el gran príncipe guerrero.-la voz de mi hermano era tan sarcástica.

-Yo me ocupo de él cariño.-una voz aguda surge.

No podía ver quien era, mis ojos me estaban engañando, intento ponerme de pie pero no lo consigo, porque no puedo pelear contra él, porque temo matarlo.

-Ay hermanita.-este me incrusta nuevamente su espada.

Me duele tanto; no me duele el abdomen sino el corazón, ya no puedo más con este enfrentamiento, no puedo ver mi hermano nuevamente.

Michela no debes rendirte.-una voz dulce y tierna me habla.

Ponte de pie Michela.-siento un fuego en mi interior.

No puedo más, me duele tanto ver que la única razón por la cual me volví una princesa esta pérdida de mi alcance.

Michela no renuncies.

Fallen AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora