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>>Capítulo 28<<

MIYASHIRO

La huída de Miyako me dejó confundido, y que el Orfanato activara su sistema de seguridad máxima aun más. Escucho gritos afuera del jardín. Observo a mi alrededor, la silla sería útil en otros casos pero ahora la puerta está reforzada con más metal. Saco mi arma, uno, dos, tres disparos fueron necesarios para sacarme de ahí, guardo la pistola y corro hasta el pasillo. Todo el lugar es un caos, los niños corren por todas partes, gritan, se empujan, lloran. Las maestras tratan de calmarlos pero sus voces se extinguen en todos los chillidos, tomo mi radio de comunicación.

—¿Qué está pasando?— consigo decir lo más fuerte posible para que me entiendan mis compañeros.

—¡Jefe!— grita uno de ellos —Toda la zona que corresponde a las aulas y cuartos de los niños mayores, está en llamas. El fuego se extiende con rapidez.

—Contacten refuerzos, equipo especializado— ordene.

—Ya lo intentamos señor— responde otro —Todas las comunicaciones están bloqueadas, no hay ningún tipo de señal. Otro refuerzo serían los Orfanatos Este y Central, pero tampoco los podemos contactar.

Me empiezo a poner nervioso, preocupado.

—Evacuen a toda la gente posible, llevenlos a la entrada principal, quiero a todo el equipo reunido, busquen alguna ventana, rompan cerraduras, hay que crear una salida.

Con mi celular trate de tener cualquier tipo de red satelital, la conseguí con facilidad, contacté todo refuerzo que pudiera recurrir de inmediato, ya venían en camino, solo falta salir de aquí o todos podemos morir. Llegué rapido a la entrada, todo adulto tenía algun tipo de herramienta en la mano, aunque fuera un simple martillo, lograron hacer un hueco a la pared y se esforzaban en agrandarlo, desesperados. La directora estaba en una esquina respirando con dificultad y una maestra tratando de calmarla. Mire en todas direcciones, la dirección estaba justo a lado así que entre, tenía una ventana alta algo estrecha, pero era mejor ya que todas habian sido reforzadas. Tome mi pistola y nuevamente la use para romper el seguro de la ventana que quedó algo agrietada. Con mi chaleco quite el resto del cristal, llamando a mis compañeros.

—¡Escuchen!— les grité —Necesito que dos salgan y reciban a la gente, los demas ayudarán a cargar a las personas.

Obedecieron de inmediato mientras yo me dirigía otra vez al caos.

—¡Hay una salida en la dirección! ¡Corran a la dirección!

Los pocos que me hoyeron corrieron la voz y se apresuraron al cuarto mencionado. Revisé una última vez que todo fuera lo planeado. Ahora me enfocaba en contrarrestar el equipo de seguridad. Revisaba cada sensor, cada centro de comunicación, toda contraseña fue cambiada y los códigos de seguridad corrompidos siendo imposibles de manejar. Traté de encontrar la fuente de cambios, esta señal era distinta a la de Miyako, una con muchos más equipos de seguridad de los que he visto antes, tal vez pueda redirigir los comandos y quitar la seguridad, pero tardará, demasiado.

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KAORU

¿Cuál ha sido la mayor adrenalina de mi vida? Probablemente ninguna podrá superar esta. Kojiro y yo tratamos de calmar a todos los niños posibles, están asustados y no los culpo, la mitad del Orfanato esta en llamas. Y la mayor parte del fuego en la entrada principal, sin mencionar que todas las salidas están bloqueadas. Envíe a mi equipo a alejar y sacar a toda la gente posible de las llamas, ahora nos enfocamos en encontrar una salida.

—Kojiro— hable casi en gritos para que me escuche entre tanto alboroto —Tú te escapabas muy seguido, ¿conoces alguna otra salida?

Parece pensarlo bastante y rezo para que sí lo recuerde.