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>>Capítulo 30-Final<<

—¡Demonios! ¿Qué malnacido llamó a la estúpida policía?— gritó un hombre con pasamontañas que cargaba un costal, lleno de dinero.

—Fui yo, lo siento— habló una rubia ojiceleste fingiendo pena.

—Maldita mocosa— corrió a ella con un cuchillo en la mano, pero la chica ni se inmutó.

Cuándo ambos estaban a pocos metros, una tercera persona apareció de la nada derribando al atacante.

—Repitelo— retó un chico de ojos azul rey, encima de él. El hombre solo se quedó callado para luego ser arrestado.

Ambos entregaron al señor con las autoridades y se reunieron con sus compañeros.

—¡Yo gané! Atrape más en menos tiempo, fueron 3— alegó un chico azabache.

—¡Pues yo atrape cinco! ¡Yo gano!— se defendió la chica ojiverde.

—¿No hay día en el que no peleen?— reclamaron dos pelirrojos.

Los rubios solo miraban divertidos, esto ya era costumbre, incluso desde pequeños.

—Niños— llamó la atención un señor de pelo negro canoso, Utonium —Vuelvan a casa— pidió amble dando a entender que él se haría cargo de los recien delincuentes atrapados.

Todos dudaron pero terminaron obedeciendo. El camino a casa también parecía una rutina, los rubios platicando, los azabaches alegando y los pelirrojos regañando a los verdes. Después todo terminaba en una carrera entre las parejas.

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MIYAKO

Le gané a Miyashiro por muy poco, estaba pensando si me habrá dejado ganar, ya lo ha hecho antes. Bajé de mi moto cuándo todos los demás llegaron y entramos a la casa del señor Utonium.

—Preparare la comida— avisó Momoko siendo seguida por el ojirojo.

—¿Le avisas a mamá que ya llegamos?— preguntó Kojiro y solo asentí. Este se fue a molestar a Kaoru, aunque es su rara forma de convivir se que ambos se quieren mucho.

Saqué mi teléfono mandando algunos mensajes y camine hasta el jardín, donde Miyashiro estaba acostado en medio del pasto.

—Te estaba esperando— habló apartando su vista del cielo para verme.

Solo le sonreí para acostarme a su lado. Cerré los ojos, las cosas por fín están tranquilas. Tenemos una verdadera vida. ¿Cómo? Bueno

Lo que pasó después de derrotar a Him fue un poco más sencillo. El señor Utonium nos ayudo con cualquier tipo de acusación federal que tuvieramos. Se nos declaró inocentes con la condición de hacer trabajos voluntarios de vez en cuándo para compensar un poco de los crímenes, además de que ahora somos compañeros de equipo con sus hijos. Algo que nos alegro a todos.

Benito nos explicó que era un oficial retirado, pero le dio curiosidad nuestro caso y que junto con el señor Utonium lo investigaban en secreto. Sin embargo este encontró la casa donde Him nos tenía cautivos por accidente y ellos le ofrecieron ayudarlos a comprar alimentos, vigilarnos o lo matarían junto a Utonium. El pobre no tuvo opción y fingió tener problemas familiares para venir a cuidarnos, haciendose pasar por Bernardo. Contó que al principio se molestó por no poder decirles nada a los chicos, de que no estabamos muertos, pero lo amenazaban con nosotros y se enfocó en cuidarnos.

Con mucha suerte pudimos evitar que toda la historia se hiciera pública. Pero logramos contactar a las familias que nos adoptaron, fue una sorpresa saber que aún vivían, a pesar de tener mis recuerdos pensé que habian muerto y verlos a salvo me dio gran alivio, como si un peso se fuera de mis hombros. El reencuentro fue de lo más emotivo, nos aceptaron nuevamente en sus vidas, algo que siempre les agradezco.