XI

15 4 0
                                    

Sale Nancy con mucha prisa de la cabina telefónica, y se dirige a la casa de sus padres en el lujoso automóvil de Daniel. Éste, así supo de la buena noticia respecto al padre de la chica, no dudó ni un minuto en correr y comunicárselo, la misma que, olvidándose de Alex, se dirigió a su casa donde entre presurosa y va directo al teléfono, pues su padre se encontraba al otro lado de la línea. 

Detalladamente explica don Fernando a su hija cómo fue que decidió no abordar ese avión, ya que aún tenía una recepción social aquél día a la cuál no podía faltar, es más su pasaje el buen hombre lo cedió a un estudiante, que tenía urgencia por tomar dicho vuelo, porque debía rendir exámenes en la Universidad local. Así, quedó mucho más tranquila, además, por precaución le comunicó a su padre que regresaría a la ciudad vía terrestre para que tanto ella, como su madre quedaran más tranquilas. 

Luego de colgar el teléfono, éste sonó insistentemente. Ésta vez era Guillermo, quien llamaba a la muchacha para informarle que al día siguiente deberá realizarse la exposición en la galería "Santini", así que según el contrato ellos deberán estar en la galería a las 16:00 horas, pues la exposición comenzará a las 19:00 horas, y contará con la presencia de críticos y coleccionistas de arte de todo el mundo que, atraídos por la fama de la expositora, habían venido éstos para adquirir tan originales obras. 

Con éstas satisfacciones, la mente de Nancy volvió a ocuparse de Alex, pues era menester que él la acompañara a su exposición, ella quería compartir con el joven, y al llegar el nuevo día se puso presurosa en camino hacia la playa, necesitaba estar lo más pronto posible con su Alex del alma. 

Llegó Nancy a la playa y no hubo necesidad que descendiera del vehículo, porque él en esos momentos se encontraba justo por donde iba a pasar ella, sólo que el joven no estaba solo, sino más bien acompañado de una bonita chica con cara de aventurera y cabellos castaños, además vestía un atrevido short, que dejaba al descubierto casi la mitad de sus abultados glúteos, y una diminuta blusa, que mal alcanzaba cubrir su delicado busto. La chica era bonita de cara y su cuerpo era delgado pero muy bien proporcionado y parejo, y venía muy acaramelada con Alex, que al ver a Nancy, hizo esfuerzos para traer a su mente aquellas imágenes que viera días atrás entre ella y Daniel, y de las cuales había sido testigo tanto él, como su amigo. 

Así pues, al ver el joven a su amada que el observaba con ojos desorbitados — nunca imaginó ella encontrar a su Alex amado en estado de ebriedad — y lo que es peor aún, divirtiéndose con la primer aventurera que en su camino encontrara, lejos de soltar a la chica que lo acompañaba, él la tomo con más fuerza y la trajo hacia sí, para luego pasar más acaramelado junto a Nancy, que no podía dar crédito a los que sus ojos estaban viendo y presa de la humillación, sus rojos labios se limitaron a exclamar casi involuntarios.

— ¡Alex! ¡Alex, por favor vuelve!

Sólo que Alex no tenía nada que ver con la chica con la que iba, aunque la misma lo había estado queriendo enamorar desde tiempo atrás, primero en la Universidad, ya que estudiaban en la misma facultad y por casualidad la misma carrera, pero para mala suerte de la chica, no era su tipo, mas ahora le daba las gracias a la misma persona por haberlo acompañado aquel día — por despecho no había oído a los llamados de Nancy — más bien abrazó aún más a la chica, ella acogió gustosa, porque ella sí estaba enamorada del joven. Y al escuchar que Nancy le había llamado por su nombre, pregunta.

— ¿Quién es, Alex, te conoce acaso ésa para llamarte por tu nombre? — dijo mirando un poco más detenidamente a Nancy. 

— No — responde, mirando a Nancy con indiferencia, como si en realidad no la conociera — no la conozco, debe ser una de ésas en busca de aventura, no le des importancia querida. 

Primavera... AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora