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Venían elegantemente vestidos, se podía decir que hasta demás para estar en un playa de veraneo, acompañados de las muchachas que también vestían bien, con sus blusas ceñidas y jeans que resaltaban aún más sus bien torneados cuerpos.

Los cuatro cruzaron la puerta de la discoteca "La Ostra", pasando por un angosto y corto pasillo que daba acceso al interior, a la derecha estaba la barra junto a la cual estaba parado un grupo de jóvenes que se encontraban sin parejas. Ambas parejas pasaron al lado de la barra, Daniela delante seguida de Nick, tomados de las manos, luego Nancy seguida de Alex. Al pasar estos últimos por frente al grupo de jóvenes - que más que veraniegos parecían una pandilla callejera, por su forma de vestir - se adelantó uno que parecía el jefe del clan, el tipo era alto, blanco, pelo largo, musculoso, y con una barba de una semana, que le daba aspecto aún más de delincuente, que de joven social, vestía unos tenis de caña alta media trenzados, pantalones jeans que a pesar de la escasa luz reinante en el lugar, se podía apreciar que estaban sucios demás, una polera cavada la cual resaltaba aún más su bien formada musculatura; por último llevaba una chaqueta jeans. El tipo se acercó tanto a Nancy que pudo percibir olor agrio a sudor que el malviviente despedía, que además de ser hediondo demostró ser un cobarde, pues si es verdad que se aproximó a la chica pensando que estaba sola, con intenciones deshonestas. Al percatarse que venía tomada de la mano de Alex, se frenó en seco, levantando el brazo derecho rascándose la cabeza como señal que algo andaba mal, al levantar el brazo, ella pudo percibir aún aquel olor asfixiante que despedían las axilas del jefe del clan.

La pareja pasó ante la indignación de Alex, ambos se dieron cuenta que las intenciones del malviviente de la barra eran nada buenas. Al pasar la pareja, los pandilleros que seguían bien de cerca la escena y al ver que el grandulón no se había salido con la suya, y peor aún, retrocedió con un poco de miedo y sorpresa - pues jamás pensó que la hermosa muchacha estuviera acompañada - los demás rompieron en burlas y reproches, ya que era la primera vez que Jackson no se salía con la suya, mal negocio para el mismo, pues si era el jefe no podía fallar, porque de ser así los demás me perderían el respeto paulatinamente, así que quedó malhumorado y sólo atino a decir a manera de disculpa.

- No se preocupen muchachos, prometo cómo me llamo Jackson, que esa preciosura no sale de "La Ostra" sin que antes le haya arrebatado un beso... y tal vez algo más... lo prometo.

Esto pareció calmar un poco a su clan, pues cesaron en su totalidad las burlas y las risas. Sólo uno se atrevió a preguntar.

- Muy bien Jackson. Si prometes con la muñeca esa, dime, ¿Qué harás con el payaso que la acompaña? No creo que éste se vaya a conformar.

- Mira, tú y ese payaso se pueden ir al mismo infierno, pues tú y él juntos no son hombres para Jackson, pedazo de granuja.

Responde más enfadado aún, pues no soportaba tanto atrevimiento por un medio fracaso suyo, él había prometido jugar con Nancy y siempre cumplía lo que decía. Fue por eso que nadie se atrevió a responder o preguntar nada. De una cosa todos sí estaban seguros, Jackson siempre cumplía su palabra.

Las dos parejas estaban sentadas en una de las mesitas de la bien concurrida discoteca y daban gracias por haber conseguido ubicarse; pues había mucha gente que no corrió la misma suerte y estaban ahí parados alrededor de la pista de baile.

Después de bailar y pasarla bien por varias horas, Alex, sin que ninguna de las muchachas se percatara, comentó a Nick lo sucedido con el malviviente, quien se mostró comprensivo pues él mismo había sido testigo de la escena sin que Alex lo notara, porque en esos momentos estaba muy ocupada su atención con Nancy y Jackson.

- Generalmente éstos pandilleros son unos cobardes, así que si acabas con el grandulón ése, los demás ni siquiera se meterán contigo, pues temerán correr la misma suerte, pero no te preocupes, si vuelve a molestarnos ése; que estoy seguro que lo hará; yo mismo me encargaré de ponerlo en su lugar.

Primavera... AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora