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Con una sonrisa, caminaba hacia el árbol que había indicado Seojun y ambos se sentaron en el pasto de un color verde tan vivo.
Mentiría si dijera que desde que Seojun se hizo su amigo, ella la pasaba más feliz que nunca. Se sentía querida por alguien que no fueran sus padres, se sentía especial.
No imaginó que Han sería una persona tan linda, se preocupaba tanto por ella y Halley cada día quería más a su amigo.
—¡Lo digo en serio! No sé en qué pensaba pero me peleé con Suho y, no sé, parecíamos como dos leones luchando. —hizo una mueca el mayor.
Hizo varias señas para decir un «ambos son tan exagerados» y Seo tardó unos minutos para responder.
—Espera, espera, he estado estudiando, mm, ¿esto significa ambos, no? —hizo una seña con sus manos y ella asintió. Puso una expresión pensativa y volvió a hablar. —Mm, ¿dijiste que ambos somos unos exagerados?
Esbozó una gran sonrisa y asintió varias veces dando pequeños aplausos con sus manos felicitándolo.
—¡Oh por dios! ¡Pude entender algo! —festejó Seojun con felicidad.
Durante esos dos meses, había estado estudiando un poco sobre lengua de señas para poder comunicarse de forma más cómoda con Halley. Todo resultó bien, ha estado mostrando mucho empeño en aprender, más que lo que ponía cuando se trataba de materias de la escuela.
—Aguarda, algo que me aprendí desde el principio fue esto. —hizo un puño su mano y luego subió su meñique, para después subir su índice y luego el pulgar.
Las mejillas de Halley ardían y ella rió con nerviosismo. ¿Realmente le había dicho que la quería?
—¿Te pusiste avergonzada? Aw. —se burló el mayor y revolvió el cabello de Halley. —Es extraño, quiero abrazarte todo el tiempo. —sonrió mientras la hacía acostarse en el pasto al igual que él y la abrazaba como si fuera un oso de peluche.
A diferencia de Seojun, que consideraba extraño el tener ese impulso de abrazarla siempre, en Halley, ¿qué era eso tan extraño que ella sentía cuando él hacía aquello?
Podía tener una que otra sospecha pero, tal vez solo estaba confundida. ¿Verdad? Gustar de Seojun era muy improbable.
—¿Sabes? Tenía tiempo desde que no me sentía tan mal de ver a Jugyeong besar a Suho con ternura. Ambos hacen una muy linda pareja, ¿no? —una diminuta sonrisa melancólica se hizo presente en su rostro mientras veía la copa del árbol que dejaba ver ligeramente el cielo despejado.
