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—Cometita, cometita, cometita, cometitaaaaaaa. —murmuraba Seojun tratando de llamar la atención de su ahora novia.
Sonaba lindo llamarla así.
Llevaba dos horas sentado en el suelo, observando que su pequeña hacia su tarea sin dirigirle ni una mirada. Maldita tarea.
—No llevamos ni dos semanas de noviazgo y siento que teníamos más interacción siendo amigos, gracias a la tonta escuela. —bufó.
Halley por fin lo miró y sonrió divertida.
—Si te doy toda mi atención en vez de terminar mi tarea, terminaré reprobando. —movió sus manos.
—Oh, por favor, ¿estás diciendo que soy una bonita distracción? —ella asintió. —Tonterías. ¿Qué tal si te concentras en mí y después yo te ayudo a hacer esa porquería? ¿Mm? —propuso.
La miraba como un niño pequeño esperando a que aceptara.
—Seojun, no puedes ni hacer tus tareas.
—Eso fue ofensivo —refutó. —, vamos, prometo hacerlo. ¿No confías en tu novio? —colocó su rostro encima de la libreta donde hacía su tarea.
La menor lo pensó un poco y sonrió para comenzar a acariciar con su mano la mejilla de Seojun. Se le estaba haciendo una costumbre hacer aquello.
—Te haré caso y dejaré la tarea para después. —el mayor sonrió con felicidad al haber logrado lo que quería.
Se colocó al lado de Halley y se recostó en el suelo tirando del brazo de la menor para que hiciera lo mismo.
Automáticamente, la envolvió en sus brazos y besó su cabeza con ternura.
—La escuela es un infierno —conjeturó. —, pero al menos, tu estás en ella, así que hace que ya no la odie tanto.
Sacó su teléfono de su pantalón y entró a notas para entregárselo a Halley.
«también la odio TT»
«cuando salgas, no sé qué haré.»
Lo había escrito solo porque sí hasta que realmente se puso a pensar en ello con más seriedad.
Era verdad, Seojun estaba en su último año al igual que Sooah y Jugyeong. Las únicas personas con las que hablaba.
Y ahora Seojun también había pensado en eso, no quería imaginar cómo la pasaría su niña cuando él ya no estuviera.
—¿Tienes miedo? —preguntó con calma.
«mm, solo un poco. »
—Es por eso que me gustaría que comenzaras a defenderte de los demás, no deberías seguir permitiendo que todos te hagan daño. No lo hagas por mi, para nada, hazlo por ti, Halley. —musitó acariciando uno de sus brazos.
