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Solo tenía que pensar.
¿Cómo había hecho eso? La escena pasaba en su mente una y otra vez sin poder encontrar respuesta alguna.
Intentó nuevamente a hacerlo sin éxito, le costaba demasiado trabajo pronunciar una palabra, entonces, ¿cómo gritó aquellas tres palabras a Seojun?
—Ho-... —ni un maldito hola podía decir.
Pero supuso que era un avance el «Ho».
Esa noche, ella volvió a casa lidiando con miles de sentimientos, solo subió a su habitación ignorando los llamados de su mamá y se encerró para proceder a acostarse en su cama y ver hacia el techo.
Su garganta había dolido demasiado al gritar.
Recordando su voz, la cual, ni ella misma había escuchado durante tantos años, pensó en lo grave que había sonado al no estar acostumbrada a hacerlo.
También parecía algo delgada, casi como un grito silencioso, ¿podía ser posible?
—De acuerdo Halley, comentaste que hace dos semanas volviste a hablar solo por unos segundos, ¿has vuelto a intentarlo?
Ella asintió.
—Trato de hacerlo pero no puedo, no entiendo cómo lo logré. —explicó casi con rapidez.
La doctora Shin asintió comprensiva antes de volver a hablar.
—Lo más probable es que haya sido por las emociones del momento, desesperación, ira, frustración. En ese momento, ¿estabas peleando con tu novio, no? —la menor afirmó.
—¡Sí! ¡Me sentía demasiado ansiosa y en lo único que pensaba era en solo desahogarme! —volviendo a hacer señas, iba tan rápido que se trababa un poco. —¡Quería decirle a Junnie que se callara! ¿Es correcto que haya querido golpearlo en ese momento? No sé, me sentí muy presionada, aunque tiene razón pero...
—Halley, todo a su paso, ve más lento cariño, es difícil entenderte si mueves las manos muy rápido. —hizo una pequeña mueca apenada y le asintió a la doctora Shin. —Veamos, entonces la respuesta está encontrada, te sentías muy desesperada por hacerle entender algo, por dar tus propios argumentos, estabas muy frustrada y la necesidad de hablar se hizo más grande porque querías ser escuchada.
