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No tardó en dormirse luego de contarme lo que había pasado en su casa, cuando le dijo a su padre que no haría lo que el le ordenó.

No pude evitar sonreír observándola mientras dormía.

Esto era perfecto.

Ya no había impedimento para que ella decida vivir conmigo de manera permanente. Al dia siguiente, tomó sus cosas y fue a la academia para matricularse.

Terminé de alistarme y tomé mi teléfono para avisar que pronto estaría ahí junto con unas fotos que seguro les encantaría.

Conduje hasta el lugar acordado y me detuvé frente al complejo de apartamentos.

-Por fin llegas -dijo con voz alegre- estoy emocionada.

-Yo también.

- ¿Hace cuanto conoces a Deidara? He oído de el desde que estoy en preparatoria, dicen que hace las mejores fiestas y siempre deseé ir a una...

Segui conduciendo en silencio, ella no pareció notar que no le prestaba atención por que no dejó de hablar hasta que llegamos a la fiesta. Deidara estaba rodeado por un grupo de chicos que reían de sus bromas. El lugar como siempre estaba repleto, las luces giraban por todo el cuarto y las ventanas altas daban una buena vista de la ciudad.

- ¡Gaara! -grito en cuanto me vio, se acercó y me abrazó con fuerza- se ve aún mejor que en las fotos -murmuró en mi oído antes de voltearse a mi acompañante- Soy Deidara, un placer.

Besó su mejilla a pocos centímetros de sus labios y ella rió nerviosa.

-La mesa está repleta -dijo apuntandola- sírvanse lo que quieran.

La chica no tardó en tomar un vaso y hacer una mezcla para comenzar a beber, yo por mi lado solo tomé una cerveza. Nos acercamos donde la musica se sentía mas fuerte y se pegó a mi tomando mi mano cada vez que hacia un movimiento atrevido.

Volvimos a la mesa un par de veces más y ella apenas comenzaba a verse ebria, tenía bastante resistencia considerando lo fuerte que eran los tragos.

Quería acelerar las cosas por que estaba comenzando a sentirme fastidiado.

-Iré afuera un momento -exclamé en su oído.

-Pero quiero bailar -dijo haciendo un puchero, no queria soltar mi mano.

Por suerte, Deidara estaba cerca y no dudó en quedarse con ella mientras yo salía al balcón.

Revisé mi celular en busca de algun mensaje. Nada.

Un carraspeo llamó mi atención. Guardé el celular con calma y me volteé.

-Hey -saludó. Eran dos chicos de apariencia tímida, parecían un poco mayores que yo y todo en ellos apuntaba que eran unos retraídos sociales- somos del grupo... ¿la chica...

- ¿Tienes el dinero?

Se miraron entre ellos y se apresuraron a sacarlo.

- ¿Esto es suficiente?

Lo conté y lo guardé en el interior de mi chaqueta.

-Esten atentos, ella va a estar feliz de recibirlos.

Volví a entrar y le di una mirada a Deidara, el asintió y siguió bailando con la chica que no se enteraba de nada por lo ebria que estaba.

Tome dos vasos y los llené con cerveza pero antes de tomarlos, dejé caer un par de pastillas en el vaso destinado a mi acompañante.

- ¡Volviste! -se colgó de mis hombros casi haciendo que los dejara caer.

Tomó el vaso sin pensarlo y siguió bailando con los dos rodeándola. No tardó en hacer efecto y nadie se extrañó cuando la llevé hacia una de las habitaciones, tambaleándose y hablando con dificultad.

SubmissiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora