Submissive

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Bebí el té que me había servido Ko, aún con la respiración algo agitada, estaba paranoica.

–Los jóvenes ya se retiraron, señorita.

Asentí con la mirada baja.

–Deberia quedarse mañana en cama, señorita. La he visto algo estresada ultimamente.

–No lo se, creo que he faltado bastante a clases. Me iré a acostar, gracias Ko.

–Tendré que contarle de esto a su padre en cuanto llegue, señorita.

Asentí sin poner mucha atencion, solo quería dormir. Luego de un baño para relajarme, un mensaje llegó a mi celular, lo desbloqueé y mi estomago dio un vuelco cuando vi que era de Naruto.

Espero que te sientas mejor, nos asustaste mucho hoy, descansa!!

Estiré mis brazos en la cama con una sonrisa, era primera vez que Naruto me enviaba un mensaje en el que no me pedía la tarea.

Al instante otro mensaje llegó, mire con rapidez ilusionada de que fuera Naruto.

A las 6 en mi casa

Era Gaara.

Dejé el aparato bajo la almohada y me volteé dispuesta a dormir, mañana lo enfrentaría, el no puede mandarme a su antojo.

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Golpeé la mesa con el puño haciendo saltar el vaso que se encontraba encima, tensé la mandíbula y cerre los ojos tratando de controlarme.

Volví a golpear la mesa y salte de mi silla para darle una patada, cogí las llaves del departamento y sali dando un gran portazo.

No se encontraba tan lejos, solo un par de pisos mas arriba. Subi las escaleras corriendo y golpeé su puerta con fuerza. Una chica de cabello corto y castaño claro salio molesta, pero su semblante cambio en cuanto me vio.

Entré sin preguntar y cerré la puerta para proseguir a tumbarla en el sofa.

Me la cogí descargando toda mi rabia, ella gemía y se mordia los labios con la cabeza contra la almohada, puse mis manos en su cintura para penetrarla con mayor velocidad, pero no era tan estrecha como Hinata. Tiré de su cabello corto y preferi el largo de Hinata. Preferí la piel suave y lechosa de Hinata, preferi sus gemidos, sus gestos, su aroma y la sensacion cuando estaba dentro de ella.

Preferí a Hinata.

La chica bajo mi cuerpo gimio y aferró sus uñas al sofa, gruñi y sali de su interior antes de correrme. Abroché mis pantalones sentandome para calmar los latidos de mi corazón, la castaña subio su ropa interior en silencio y bajo su vestido.

–Podrias haber esperado a que me lubricara un poco, y no saltarme como un animal —reclamó en la esquina del sofa.

Ignoré su comentario y solo la miré fijamente, se movió hasta quedar junto a mi, cuando estaba por pasar su brazo por mi cintura me puse de pie y pude ver de reojo su expresion de tristeza.

– ¿Por que no quieres intentarlo? —preguntó casi en un susurro.

–No empieces —dije molesto, caminando a la puerta.

–Te amo y lo sabes, si solo me contaras sobre ti..

–Solo es sexo, Matsuri, ya deberias comprenderlo.

Levantó sus manos empuñadas, mostrando sus muñecas amoratadas, algo que yo le hice en uno de mis pequeños... momentos de descontrol.

–Te amo, a pesar de todo –dijo sollozando.