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Frunci los labios sin quitar la mirada de mi comida, moviendo de un lado a otro los fideos.

–Hinata.

Tal vez debería quedarme en casa y me ahorro la vergüenza de tener que ver a Naruto y el miedo de que Gaara se entere. Está la posibilidad de que ya lo sepa, son buenos amigos, pudo haberle contado.

– ¡Hinata!

Levanté la mirada con fastidio.

– ¿Que? —respondí agresiva.

Las arrugas en su frente se hacian mas notorias.

–No me gusta tu nueva actitud. Primero te escapas y vuelves en la madrugada, ahora me faltas el respeto.

– ¿Fuiste a una fiesta? —Hanabi me miraba con asombro y emoción en su rostro. Ambas volvimos a estar serias cuando nuestro padre carraspeó.

–No me escapé —me levanté de la mesa  empujando la silla.

–Siéntate.

Ignorando las ordenes, cogí mi bolso y salí de la casa, supongo que si iré a clases de todos modos.

Ino me llamó a unos metros de distancia, con la mano en alto y una gran sonrisa, los lentes de sol negros la hacían ver mas confiada de lo que ya era.

En el momento que la rubia volteó a hablar con unos chicos de otro salón, me empujaron detrás de un arbol. En un parpadeo estaba acorralada, su mano estaba en mi brazo apretandolo y se acercó hasta que su frente me tocara, mezclando su cabello rojo sangre con el negro.

– ¿Creiste que no lo sabría?

Junté mis labios con fuerza, mi corazón latia a mil, me contuve de levantar la vista por temor, fijandome sólo en la corbata de su uniforme.

–N-No creí que pasaría, no lo planeé, te lo pro–

– ¿No creíste que pasaria? —repitió con burla.

–Es la verdad —su mano soltó mi brazo y bajó a mi cintura.

–La próxima vez procura avisarme, no volverás a salir de noche sin mi —besó mi frente con delicadeza— hay muchos idiotas ahí fuera que no durarán en aprovecharse de ti.

Asentí confundida y aliviada a la vez, Naruto no le había contado.

–Lárgate, Ino debe estar buscándote —dijo separándose y cambiando su actitud a la gélida de siempre.

Exhale con fuerza cuando ya estaba distanciada de el, estaba aliviada de saber que tenía mas tiempo para encontrar una solución.

– ¿Donde estabas? Te perdí por un segundo.

–Unos chicos se me adelantaron.

Delante de nosotras iba Gaara, fingía escuchar y comprender todo lo que me decían mis amigas pero no podía dejar de mirarlo y pensar en si enserio debería decirle o no. Naruto apareció y apoyo su brazo en los hombros del pelirrojo, aguante la respiración mientras un nudo se hizo en mi estómago. Naruto miro atras y hubo un fugaz contacto visual, bajé la mirada de inmediato.

El resto del día no pudo ser normal para mi, mi mente estaba ocupada tratando de formar un dialogo, una respuesta para cualquier actitud del pelirrojo, no me separé de las chicas asi el rubio no se acercaría, pude notar que me miraba insistente. No fue hasta la ultima clase que pude ver que algo extraño pasaba, Naruto y Gaara, sin la compañía de los demás chicos y hablando en voz baja, lo que significa que era algo privado, que no querían que los demas supieran.

Entré en pánico cuando Gaara me miró y el rubio lo golpeó en el brazo, estaban hablando de mi. Apenas la campana que anunciaba el fin de la jornada, tomé mis cosas y me largue de ahí. Cuando estaba lejos del edificio mire atrás, el pelirrojo estaba a unos metros, pasando desapercibido entre los demás.

SubmissiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora