Submissive

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- ¡Hinata!

-Lo siento.

Me senté correctamente con la espalda recta y las manos sobre mi regazo, mi padre continuaba su discurso sobre mejorar mi rendimiento académico para llegar al nivel de Neji y dar orgullo a la familia Hyuga, suspiré fastidiada ya que era la quinta vez en esta semana que escuchaba sobre eso, el silencio se hizo presente y subí la mirada encontrando el ceño fruncido de mi padre, a Neji negando con la cabeza y mi hermana comiendo, indiferente a lo que pasaba a su alrededor.

-Vete a tu habitación.

-P-Pero, ¿Por qué?

-Obedece, no sé para que gasto mi tiempo contigo, aléjate de mí vista lo más pronto posible, Hinata.

-L-Lo siento, con permiso.

Me levanté con la cabeza gacha, deslicé la puerta corrediza y la cerré tras de mi para subir a mi habitación. Luego de irme del departamento de Gaara, pensé en volver a clases, pero quería estar sola, estuve en un parque mirando el lago, con un dolor en mi entrepierna y un nudo en la garganta.

Ahora recostada en mi cama el dolor en mi entrepierna sigue presente desde ayer, esta mañana se sumó un dolor en mis muslos similar a cuando haces mucho ejercicio y tus músculos al no estar acostumbrados duelen incluso cuando te sientas.

Para sumarle a las desgracias de este mes, Gaara ha encontrado otra manera de molestarme; sentarse junto a mí en todas las clases. De alguna manera, convenció a Ino que solía sentarse junto a mí, de cambiarse de banco. Por suerte, mi falda era lo suficientemente larga para evitar que me tocara, aun así, lo hacía por sobre la tela.

Ordené mis materiales para el día siguiente y cerré mi bolso dejándolo junto a mi uniforme doblado sobre una silla, tomé una ducha y me acosté, acariciando bajo mi vientre donde dolía.

-No debiste haber actuado así frente a nuestro padre -habló Hanabi apoyada en la puerta.

- ¿A que te refieres? -pregunté, subiendo la manta hasta mis hombros.

-Suspiraste como si te estuviera fastidiando, y eso le ha molestado.

Se acercó a mi cama sacando su mano izquierda del bolsillo de su chaqueta, en esta traía una bola de arroz envuelta en una servilleta.

-Gracias -dije recibiéndola.

-Buenas noches.

Cerró la puerta y comí la bola de arroz, tal vez no despierte tan fatigada por la mañana. Solo sería otro día aburrido, con una sensación de miedo por cierto pelirrojo.

.

- !Hinataa!

Giré sobre mis pies con gesto despreocupado, aun sabiendo que era Naruto, reconocía su voz y traté de no ponerme nerviosa. Pero todo cambió cuando lo vi corriendo hacia mí con una sonrisa, mi cara se acaloró y los latidos se hicieron más rápidos.

-H-Hola Naruto -sonreí temblorosa.

-Hola -exclamó rascando su nuca sin dejar de sonreír- quería pedirte si me podrías prestar la tarea de matemática, se me ha olvidado hacerla...

Decepcionante, pero para que otra cosa me querría, pensé.

Fruncí los labios y saqué del bolso el cuaderno, entregándoselo.

-Puedes entregármelo cuando termines -hablé cerrando mi bolso para entrar al edificio, Naruto asintió y se volteó para ir junto a Sakura que parecía esperarlo.

Subí las escaleras con pereza, los pasillos estaban algo vacíos aun cuando faltaban unos diez minutos para que comenzara la primera clase.

-Eso fue patético.