Capítulo 15 parte A

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En un acuerdo, Terry fue en busca de Joe.

La chiquilla, luego de haber salido corriendo, hubo ido a esconderse en su casa de juegos; en sí, una tienda de acampar que Mylo le ayudara a armar.

A un cartel donde decía "timbre", el dedo índice de Terry se dirigió, emitiendo él el sonido de llamado.

Por cuatro veces, el guapo hombre jugó. Pero a la quinta vez, decía en voz alta:

Creo que el timbre se descompuso —; entonces preguntaba: — ¿hay alguien en casa?

¡Sí, pero estoy enojada! — contestó Joe desde un interior; y por el exterior un padre indagaba:

¿Y lo estás conmigo?

¡Sí, porque le has permitido a Mylo que salgo con una chica!

Lo permito, porque...

¡No vas a decirme que está enamorado, ¿verdad?!

Creo que todo mundo tiene derecho a eso.

Entonces, si yo te digo que también lo estoy, no te molestara, ¿o sí?

Claro, porque tú eres demasiado menor que tu hermano.

¡Eso es injusto!

Más lo es que me tengas aquí afuera, cuando yo no tengo la culpa. Además, yo no se la presenté. Él...

¿Se casará? — asomándose por la puerta Joe lo hubo preguntado.

Terry, por su parte, se colocó de cuclillas frente a la niña para asegurarle:

No en estos momentos. Es demasiado joven para hacerlo y...

Según mamá, tú y ella lo fueron cuando se casaron

Aquellos eran otros tiempos.

Y a ti te gustaba mucho la actuación

Con astucia, la pequeña Joe había cambiado el rumbo de la conversación; e imitó la pose de su padre que le decía:

De hecho, me sigue gustando, sin embargo...estuve mucho tiempo separado de tu madre, que opté por dedicarme a ella, a ustedes.

La mano derecha de Terry se dirigió al rostro de la chiquilla para acariciarlo.

Luego de hacerlo varios segundos, el hombre volvía a hablar:

Son muy importantes para mí.

¿Aun sabiendo que no soy tu verdadera hija?

Yo sólo sé que quiero hacerte muy feliz. Así como mamá lo desea también. El propio Mylo.

Mylo — dijo Joe seguido de un profundo suspiro. — Lo quiero mucho, papá.

Y él te quiere igual; y el hecho de que tenga novia no cambiará nada entre los dos.

¿Lo prometes?

¡Por supuesto!

Bueno, si tú lo dices, te creeré. Ahora, pasa para que juguemos.

Mejor... — dijo Terry viendo y calculando no sería fácil para él entrar al diminuto espacio; por ende, ideaba: — vayamos adonde mamá, y... las invito a tomar un helado.

¡Eso suena genial!

Y a tu madre le encantará.

VIDA PERDIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora