Llega el día de el alta en el hospital, aún no tenemos nombre para los gemelos, estamos con Scott, que logró colarse en nuestra habitación, a pesar de los estrictos protocolos.- No pueden llegar a casa con dos bebés sin nombre - dice un Scott bastante alterado.
- No nos hemos puesto de acuerdo tu hermano y yo - le respondo.
- ¿Por qué? - pregunta el menor de los Evans.
- Yo quiero nombres parecidos y el no.
- Emma quiere Manuel y Manuela - dice Chris teniendo en brazos a nuestra pequeña, quien duerme plácidamente.
- ¿Manuel? - pregunta Scott con desdén.
- Si - le digo sonriendo.
- Creo que la maternidad te afectó esos gustos querida... Bueno, no estaban tan buenos porque elegiste a mi hermano - se ríe como siempre que puede hacerlo a expensas de Chris.
- Yo quiero que ésta pequeña de llame Kate - dice Chris sin prestar atención a la burla de su hermano -. Mírala es una Kate. Mi pequeña Katie.
- Pero con Katie no combina ningún nombre masculino - protesto -. Al menos no ninguno que combine con éste pequeño galan - observo al pequeñín que se alimenta de mi pecho.
- ¿Cuáles son las opciones? - pregunta Scott.
- No lo sé, nombres por K. ¿Karl? - pregunto - ¿Kurt?
- Kenneth - dice mi esposo sin dejar de mirar a la pequeña en sus brazos.
- ¿Kenneth? - repito, no me gusta.
- ¿Que tal Kevin? - pregunta Scott y de pronto algo hace clic, miro a mi pequeño, su carita preciosa se parece a un Kevin, miro a Chris y asiente con la cabeza.
- ¿Kevin y Kate? - pregunto con ilusión y Chris se acerca a mi, toma mi mano.
- Kevin y Kate - sonríe.
- Awww, lo elegí yo - dice Scott a punto de llorar.
***
Luego de salir del hospital los dias en casa han sido días de muchos cambios en nuestra rutina, la llegada no de uno sino de dos bebés a nuestro hogar ha sido una revolución total.
Mi suegra vino a pasar unos días con nosotro y por supuesto tenemos ayuda de tiempo completo en casa, nuestra nueva partenidad nos ha mantenido alejados del mundo, y en parte ha sido mejor que estemos ausentes de tantas noticias, el Covid 19 se ha apoderado del mundo, pero nosotros estamos en nuestra burbuja partícular de amor, leche y pañales.
Scott también se ha acercado en varias ocasiones y pasa algunos dias con nosotros y los pequeños.
El cansacio y las ojeras reinan los dos primeros meses de vida de Kevin y Kate, pero sin duda alguna han llenado de felicidad y de propósito nuestros dias.
Tres meses después ya con una rutina más llevadera, y acostumbrados al ritmo del dia a dia Chris me recuerda que tiene que irse de viaje.
- Cariño, recuerda que debo irme la semana que viene.
- ¿Qué? Pero tu viaje es en julio.
- La semana que viene es julio cariño.
- Pero nosotros, no hemos tenido tiempo para nada, no hemos estado juntos sino un par de veces ¿Y ya te vas? - le digo alarmada.
- Cariño, regreso en una semana, y eso no tiene nada que ver con nuestra intimidad.
- Tiene todo que ver, tú no estás satisfecho, vas a ir en un viaje con otra mujer, puede pasar cualquier cosa.