New Beginning

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- Chris, me estoy volviendo loca aquí encerrada.

- Cariño, lo sé, yo también.

- ¿Quieres que toque el piano un rato? Sabes que a los bebés les encanta y a ti también.

Estoy de mal humor, tengo calor y no encuentro acomodo, pero accedo a la dulce propuesta de mi esposo, el cual no tiene la culpa de mis incomodidades.

Aunque en parte si.

Me recuesto en el mueble al lado del piano donde Chris comienza a tocar una suave melodía con su piano, la cual no dura mucho y enseguida entona Don't Stop Believin'

- ¡Oye! Se supone que era algo romántico y suave - lanzo uno de los cojines en su dirección y finaliza con el piano.

- Perdona cariño, es que quería animarte.

- ¿Animarme? No necesito ánimos, necesito calma, me siento mal, tengo calor ¿está encedido el aire? Necesito una cerveza fría - le digo de mal humor.

- Cariño, no creo que tomar alcohol sea bueno para los bebés.

- ¡Lo sé! Tampoco estoy loca.

- Pues eso está en duda - dice la voz de mi cuñado por lo bajo, lo logro escuchar.

- ¿Qué dijiste Scott? No estoy loca, intenta tener dos bebés de ocho meses y medio en tu vientre, y que cada uno crea que tu vejiga es un juguete, ahhh tengo ganas de hacer pis ¡Otra vez!

Me levanto pesadamente mientras Chris me mira con una mezcla de miedo y diversión.

Luego de ir al baño, paso por la cocina a tomar un poco de agua y escucho a Scott hablar con su hermano.

- En serio no sé cómo haces, ¿cuánto tiempo lleva así?

- Algunos días que parecen siglos.

Me dan unas ganas de llorar inmensas, sin poderlo evitar brotan de mis ojos lágrima tras otra.

Chris hace entrada a la cocina y me encuentra llorando, se apresura en llegar a mi lado, toca mi barriga y sostiene mi espalda.

- ¿Qué ocurre cariño? ¿Te sientes bien?

- Nooo, me siento terrible, soy un desastre, mírame, peso como 200 kilos, no tengo control de mi vejiga ni de mis emociones - lloro amargamente.

- Ya preciosa, pronto pasará... ¿Quieres ir a dar un paseo? El doctor dijo que podría ayudar - sus ojos son un poema, me mira con el más puro amor que nadie me haya visto antes, la mediana sonrisa en su rostro me dice que todo estará bien, lo observo unos segundos y le doy un beso en los labios.

- Sabes que hay otra manera en la que el doctor dijo que podrías ayudarme...

- Cariño, sabes que no quiero tener relaciones, me da miedo que lastimemos a los bebés.

- El doctor dijo que no pasaría nada malo, lo que pasa es que ya no me deseas - lloro amargamente.

Chris me abraza y acaricia mi cabello.

- En cualquier momento entras en trabajo de parto, no te desesperes... Además por supuesto que te deseo, jamás dejaré de desear tu cuerpo.

- No te creo nada.

- Ven aquí - toma mi rostro con sus manos y me besa, no como los ultimos besos que hemos tenido, ésta vez su lengua irrumpe en boca con urgencia, es un beso lleno de deseo y sensualidad, inmediatamente siento mi cuerpo responder y el deseo se hace presente,  devuelvo el beso con igual o mayor pasión, de pronto siento que algo tibio baja por mis piernas, me separo y miro al suelo, hay un pequeño charco entre mis pies.

Oscar's Night... Part II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora