• Diecisiete •

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𝔻𝕚𝕖𝕘𝕠 ~ ☆




La felicidad que hay en mi es enorme, no es para menos, no fue una maravillosa manera de enterarnos pero aquí estábamos. A punto de iniciar una vida distinta.

Jade seguía en shock desde ayer, repito que no era una maravillosa manera de enterarnos. La observe ahí, sentada sobre el pasto observando a Creed correr de aquí para allá junto a su cachorrito.

Me acerque, no habíamos hablado del tema después de saberlo. Pau me aconsejó darle el tiempo de estar a solas consigo misma y así lo he hecho.

Debo decir que en cierta parte, me sentía molesto y desconcertado por su reacción. No la habia visto así, distante y pensativa, sobre todo que me da la impresión de que no está feliz por la noticia.

— ¿ como estas? — le pregunte sentándome a su lado.

— No se como estar — susurro casi inaudible

— Bueno, yo si se como estar, yo estoy feliz. ¿ por que no estarlo? Es un pequeño ser humano que, quieras o no, es sangre de mi sangre y desde que supe de su llegada, comencé a amarlo.

— Se muy bien eso.

— ¿ que pasa Jade? , ciertamente estoy cansado de esto. Tu aquí en casa pero alejada de mi, de todo, callada y actuando como si esperar un hijo mío, fuera lo peor que te a pasado en la vida.

— ¿ que insinuas Diego? ¿ que estar embarazada es un error?

— Eso parece ya que eres tu quien está rara con todo esto, en cierto punto lo entiendo, nuestra vida va a cambiar por completo.

— ¡ Tu lo acabas de decir! — exclamó poniéndose de pie. — Nuestra vida está por cambiar, más que nada la mía. Estoy por experimentar cambios en mi cuerpo, mi alimentación y mi día a día. ¡ Tu solo vas a encargarte de amarlo y aprender a cuidarlo! ¿ en cambio yo que?, no dormiré bien durante meses o incluso, más de un año por que seré yo quien estará al pendiente, sin contar que mis planes se han venido abajo.

Cuando término de hablar, soltó un suspiro y sus hombros se relajaron. Parece como si todo lo que me a dicho, la hubiera estado atormentando. La entendía, tenía razón en todo lo que dijo menos en una cosa.

— Necesitas saber que aunque seas tú quien valla a llevar la peor parte de todo, no quiere decir que solo lo amaré. También te ayudaré a cuidarlo por las noches, aprenderé a cambiarle los pañales, darles de comer, lo que sea por que también es mi hijo, Jade.

Sus ojos se relajaron un poco, es como si decirle esto hiciera un click en su cabeza

— Iré a casa

Se dio media vuelta y tomó a su cachorro.

— Jade no puedes huir.

— No estoy huyendo, solo estoy tratando de tener tranquilidad para poder asumir mi papel de futura madre.

— ¿ no crees que podemos hacer lo juntos?, después de todo no eres la única en ser primeriza aquí.

Paro su caminar y se giro a verme, como siempre sin siquiera darme una sonrisa de las que acostumbra.

— Tu no entiendes Diego, hay muchas cosas pasando en nuestra relación. La chica esta que reapareció en tu vida, la noticia de nuestro bebé.. Es mucho que debo pensar a solas, en verdad solo unas horas.

— De acuerdo, solo ve con cuidado por favor... ¿ te puedo visitar en la noche?

— Ve a casa para cenar, eso si, lleva algo por que tengo cero ánimos de hacer algo elaborado

— Yo me encargo, solo recibeme.

Por fin una leve sonrisa se hizo presente en su rostro. Nuevamente giro sobre sus talones y se fue de mi vista.

La entiendo, yo también tengo cosas que pensar y hacer. Primeramente buscar a Lydia y pedirle que de una buena vez, deje de buscar algo entre nosotros.

Ella se había encargado de arruinar lo que en algun momento habíamos tenido, yo habria podido amarla tanto como ahora lo hago con Jade. Sin embargo ella me demostró que es una chica convenenciera, ella me quería por moda y no por quien realmente soy.

Ahi es donde me doy cuenta de lo afortunado que soy al tener a Jade a mi lado, ella y yo nos conocimos o bueno, nos encontramos como completos desconocidos. Ella no tenía idea de quien era yo, no hasta que Paulina se lo contara.

Es por eso que la amo, por que más allá de ser Diego Láinez " El futbolista " , a ella le llame la atención por ser yo. Me queda claro que ella es la mujer perfecta para mi, es la mujer perfecta para ser la madre de mi hijo... O hija.

Regrese dentro de casa para tomar mis llaves, no dejaría que Lydia incómodo a Jade con sus acciones, le daría el lugar a mi novia.

Camine de vuelta hasta la puerta y al abrirla, me encontré con  Laura a punto de tocar la puerta.

— Hey, ¿ ibas de salida?

— Si.. Pero pasale, sirve que hablamos.

Laura me vio sin entender pero aún así entró, ambos caminamos hasta la Sala. Nos sentamos en el sofá y ella alzó una de sus cejas esperando a que comience a hablar.

— Hay muchas cosas que decir, empezando por que no entiendo a Jade.

Laura soltó una risa y se acomodo para verme mejor

— Diego, es normal que no sepa cómo actuar siendo que la noticia le llegó cuando tenía planes para su vida. Solo tienes que ponerte un poco en su lugar, pensar en todo lo que ella está por comenzar a vivir.

— Lo mismo me dijo, hace un rato discutimos...

— ¿ como que discutieron? , Diego no puedes hacerla enojar, eso es un gran error. Muchos embarazos si no es que todos, son riesgosos antes de los tres meses, así que por lo que más quieras trata de que no se enoje o puede llegar a tener complicaciones.

De solo pensar en que Jade podría perder al bebé se me eriza la piel, niego rotundamente.

— Nonono, ella no va a perder a nuestro bebé... Yo la cuidare, yo haré que...

— Bueno, bueno calmate, tampoco le pongas limitaciones.

Estuve hablando un buen rato con Laura sobre todo lo que pasó con Lydia. Laura dijo que era mejor dejarselo a ella, pero me negué rotundamente por qué era algo que yo debía arreglar.

Después ella se fue y yo también, no podía esperar a ver a Jade y saber cómo estaba. Ahora con un bebé en su vientre siento que no me quiero separar más de ella.




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Error Perfecto • Diego Lainez || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora