• Veinte •

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𝕁𝕒𝕕𝕖 ; ♡


      

𝘾𝙞𝙣𝙘𝙤 𝙢𝙚𝙨𝙚𝙨








Cinco meses, aun no puedo creerlo. Parece que fue ayer cuando me dijeron que seria madre de un pequeño Láinez, no puedo creer lo rápido que pasa todo.

Diego viene caminando hacia mi, estoy recostada en el pasto del jardín, nuestro jardín.

— ¿ como está la embarazada más hermosa? — pregunto el rescostandose a mi lado, justo debajo del árbol.

— Por suerte bien, no se me a dado ningún mareo ni antojo — le digo acariciando mi ya abultado vientre.

Diego pone su mano sobre la mía, es hermoso pasar este tipo de ratos con el. El ver como nuestro bebé va creciendo no tiene precio, hace apenas unos meses era una chica con el abdomen plano. Ahora tengo un bulto en el vientre, lo que antes era un frijolito ahora parece ser uno enorme.

— Ya no puedo esperar para saber si es niño, niña, ambos — dice Diego emocionado

— Lo que venga está más que perfecto, solo no me gustaría que fueran dos, ¿ te imaginas el caos? — el me mira con una leve sonrisa.

Su vista se desvía un poco al pasto, seguro esta pensando en lo caótico que sería tener a dos bebés al mismo tiempo. Diego abre los ojos como plato y suelto una carcajada, evidentemente estaba pensando en eso.

— lo importante es que venga sano... O sana ¿ verdad? — asiento y beso su mejilla.

— Soy tan feliz contigo Diego, no pensé que viniendo aqui a otro continente encontraría la felicidad. Es curioso por que eres mexicano, yo soy mexicana y nos conocimos en España —

Diego suelta una carcajada ante mi comentario, asintió dándome la razón.

— Es verdad, pero eso de nuestra que cuando una persona esta destinada a otra, no importa en donde ni cuando, se van a encontrar —

— Eres un romántico Diego — el suelta una risa y me ve divertido.

— Bueno, es que amo hacerte sentir amada. Leí que una mujer embarazada necesita de amor, el bebé también siente los sentimientos que se le transmiten a través de las palabras — me comenta el y se agacha a besar mi pancita.

Por alguna razón las palabras de Diego me conmueven, desde el momento en el que nos comenzamos a acostumbrar que seremos padres, el a estado leyendo en todas partes cosas a cerca de los bebés.

Me a enseñado que no importa si eres primerizo, el amor que pone Diego a cada detalle el embarazo me remueve en lo más adentro del corazón

Mis ojos se llenan de lágrimas, al ver la escena donde Diego acaricia y habla a nuestro bebé. Si así me pongo con una simple acción así, no quiero ni imaginar cómo me pondré cuando tengamos a nuestro pedacito de cielo en nuestros brazos.


— ¿ a que hora era la cita con la ginecóloga? — cuestiona Diego sin despegar su mano de mi vientre

— dentro de una hora.

Error Perfecto • Diego Lainez || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora