• Veintitrés •

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𝔻𝕚𝕖𝕘𝕠 ; ♡



Felicidad, esa palabra que muchas veces nos acompaña en la vida, pero que aveces prefiere abandonarnos.

Ahora que me sentía pleno, feliz, enamorado y podía decir que al fin había alcanzado mis sueños, la felicidad me abandona.

¿ como es que todo cambie en un abrir y cerrar de ojos?

Yo solo fui capaz de escuchar los gritos ensordecedores a mi al rededor, la maldita pistola que Lydia traía se había disparado.

Y no estoy seguro de si la dispare yo, o ella.

Lydia inmediatamente se aventó al pasto, pero así como se aventó se puso de pie y retrocedió.

El tiro no le había llegado a ella.

Tampoco a mi.

Mire a mi al rededor, asustado, abrumado por que no quería encontrar una escena.

Pero la encontré.

Mis ojos vieron un charco de sangre, ella tirada y mis lágrimas rodando por mis mejillas inmediatamente.

No, lo que más amaba.

La maldita bala había impactado en su espalda, ella estaba marchándose, estaba tratando de evitar una tragedia y la maldita tragedia la alcanzó.

Laura estaba desesperada, llamando a una maldita ambulancia. Ella nos dijo que no tardaría en llegar, pero a cada segundo que pasaba yo lo Sentia como una maldita eternidad.

Me acerque, ella estaba conciente pero muy adolorida, cuidaba a su bebé, nuestro bebé.

— Jade..

Mi voz salió en un hilo, no sabía que más hacer.

Por que las consecuencias de olvidar hablar con Lydia estaban allí, por que si yo hubiera sido claro con todo, nada de esto habria pasado.

Un grito desgarrador salió de la garganta de Jade, al mismo tiempo que un líquido comenzo a escurrir de sus piernas.

— ¡ no puede ser, la bebé va a hacer! — exclama mi mamá muy preocupada y llorando.

No, no me siento tan alegre de saber que mi hija esta por hacer. No cuando su madre está allí, casi luchando por su vida.

— ¿¡ que pasa con esa ambulancia!? — grita la madre de Jade.

Hasta este momento soy conciente de que ella le sostiene la cabeza, la tiene sobre sus piernas mientras le acaricia el cabello.

A lo lejos puedo escuchar las luces de la ambulancia e incluso patrullas, finalmente un arma de fuego está de por medio.

Volteo a ver a Lydia, ella también escucha las sirenas y parece muy asustada. Entonces la veo salir corriendo, su vida depende de correr o ir a la cárcel.

O ir yo.

No se cuanto tiempo pasa, pero la ambulancia llega y muchos paramédicos se llevan a mi novia.

Error Perfecto • Diego Lainez || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora