—¿No se te olvida nada? —cuestionó Derek con amabilidad, mientras subíamos a su auto.
—No. Revisé las maletas antes de bajar —contesté con una sonrisa.
Ambos despertamos muy temprano debido a que nuestro vuelo salía en las primeras horas de la mañana. Entre arreglarnos y terminar de empacar algunas cosas se nos hizo un poco tarde, pero el piloto del avión de Derek dije que no había problema.
—¿Tus padres te han vuelto a llamar? —inquirió, mientras salíamos de la casa.
—Sí, pero no quiero hablar con ellos por ahora. —respondí y Derek se limitó a asentir.
Desde ayer en la noche mis padres estuvieron llamándome varias veces, pero no respondí. Seguramente querían despedirse de mí o algo así, sin embargo, no tenía ganas de hablar con ellos luego de todo lo que escuché. Si ellos habían estado echándome a un lado por todos estos años, ya era hora de que yo hiciera lo mismo.
—¿Por qué no me habías hablado sobre los problemas que tienes con tus padres, Ada? —cuestionó Derek.
—No me gusta hablar de eso.
—Pero me hubiera gustado saberlo para haberte apoyado desde antes.
—Creo que olvidé comentártelo, pero ya te hablaré de eso luego -le dediqué una sonrisa y tomé mi teléfono—. Estoy emocionada por conocer a tu tío -comenté para cambiar de tema—. Aunque creo que debiste de haberle avisado de que llegaría contigo, Dek.
—Prefiero que sea sorpresa. Pero no te preocupes. Se pondrá muy feliz al verte. —aseguró.
—¿Tienes más familiares aparte de tu tío?
—Solo mi abuela por parte de la familia de mi padre.
—¿Y eres cercano a ella? —Pregunté con interés.
—No —se apresuró a responder—. Cuando era niño la veía muy seguido por que mi padre siempre la llevaba a casa, pero nunca nos hemos llevado bien. Ella era la única que sabía que mi padre golpeaba a mamá y siempre lo justificaba diciendo que mi madre se lo merecía o que era ella la que lo hacía enojar.
—Eso es horrible. —dije con una mueca de horror. —¿Qué clase de persona diría algo como eso? No hay justificación para lo que tu padre hizo, Derek.
—Lo sé. Muchas personas criticaron a mi madre cuando la noticia se dio a conocer. Repetían lo mismo que mi abuela, sobre que mamá tuvo la culpa por no dejar a mi padre cuando comenzó a golpearla.
—Es muy fácil decirlo, lo difícil es hacerlo. —dije recordando todas las veces en las que Dylan me trato de una forma horrible y por más que pensaba en terminar con él nunca lo hacía.
—Es muy sencillo actuar como que si tu llegaras a vivir una situación así te irías sin ni siquiera pensarlo, pero no están fácil, Ada. Mamá tenia dependencia emocional hacia mi padre y por más daño que él le hiciera, ella sentía que no podía estar sin él. Lo peor de tener un trastorno psicológico es que no te das cuenta que lo tienes y muchas veces cuando lo haces es demasiado tarde.
—¿Y tu abuela no ha intentado acercase a ti? —cuestioné.
—Luego de que mamá muriera intento pelear por mi custodia, pero ya tenía la edad suficiente para elegir con quien quería estar, así que no pudo hacer mucho. Desde entonces he tratado de evitarla.
—¿ Y cómo se conocieron tus padres, Derek?
—Fue aquí en Alemania. Ambos se conocían desde niños y conforme pasó el tiempo se enamoraron. Cuando mamá cumplió dieciocho años se casaron y luego de tres años mamá quedó embarazada. Vivimos aquí hasta que cumplí cinco años y luego nos mudamos a Londres. El resto de la historia ya la conoces. —resumió.
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Queriendo más
Teen FictionPara Adalia Ayers, el conformarse era parte de su vida, prefería callar y aceptar todo lo que pasaba a su alrededor. Prefería que nadie se enterara de sus problemas y optaba por aparentar serenidad. En su primer año de universidad todo cambiaría, co...