Capitulo 3

601 35 21
                                    

Lloré toda la noche por lo que pasó con Dylan, fue mi culpa dejar que llegara a esos extremos. No podía parar de pensar en todas las veces que permití que me tratara como una basura y aun así no terminé con él. Realmente pensé que me amaba, pero no era así, solo se aprovechó de la  necesidad que tenía por sentir cualquier tipo de afecto para tener control sobre mí.

Me levanto de la cama con el animo por los suelos para tomar una ducha. Quisiera quedarme en casa y no hacer nada, pero no puedo faltar a la universidad.

Cuando salgo del baño me visto con unos jeans ajustados, junto con una camisa blanca algo holgada y por encima me paso una chaqueta de cuero negra.

Cuando tengo la ropa puesta me dirijo al espejo para maquillarme. Comienzo por poner base para disimular los pequeños lunares que tengo en la cara, junto a las pocas pecas que adornan mi nariz.  Luego de unos minutos me pongo un labial rojo para finalizar  y sonrió satisfecha por el resultado.

Tomo mi bolso antes de salir de mi habitación y bajo las escaleras para llegar a la cocina. Cuando llego al primer piso encuentro desayunando solo a papá, porque mamá debía estar un poco antes en su trabajo.

Camino hacia él y lo abrazó con fuerza. Ojalá pudiera pasar más tiempo conmigo, es extraño verlo en casa a diario y al mismo tiempo sentirlo tan lejano.

—Hola, hermosa. —dice antes de besar mi mejilla— Anoche llegué temprano y subí a tu cuarto para saludar, pero te encontré dormida.

Me separo de él y tomo asiento a su lado.

—Me sentía un poco mal y quise descansar. — extiendo mi mano y tomo una manzana del tazón de frutas.

—¿Te paso algo, querida? — frunció el ceño con clara preocupación.

—Nada importante, solo tuve una discusión con Dylan. —omití los detalles.

—Dylan es tu novio, ¿no es así? —cuestionó.

—Lo era, ayer terminé con él. —aclaré.

—No te sientas mal, cariño. Siempre supe que eres demasiado para alguien como él, sus padres son unos simples abogados. 

El intento que mi padre estaba haciendo para consolarme solo me hacia sentir peor. Que los padres de Dylan no tuvieran tanto dinero como los míos no me hacia mejor que él.

—No digas eso, papá. Ser abogado es una gran profesión. 

No sabía porque estaba defendiendo a los padres de Dylan, ellos siempre fueron malos conmigo. Cada vez que llegaba a su casa su madre hacia comentarios despectivos sobre mi apariencia y su papá me miraba de una forma muy extraña.

—De todas formas, mereces a alguien que pueda ofrecerte algo mejor. —habló sin levantar la vista de su teléfono— Solo espero que no haya hecho nada que te lastimara. 

No dije nada y me limité a bajar la mirada al recordar las palabras Dylan, lo cual hizo que papá dejara de ver su teléfono al ver que no respondí a lo que dijo.

—¿Él te hizo algo, Ada? —inquirió con el semblante serio. 

—Me engaño con otra chica, pero de todas formas ya no sentía lo mismo por él. —mentí.

Evité decirle a papá que Dylan me golpeó y todo lo demás. Tenía miedo de que pensara que fui estúpida por permitir que me tratara de esa forma. 

—Despediré a sus padres. — dice con tranquilidad.

—¿Vas a despedirlos solo porque su hijo me engaño? —pregunté atónita por su actitud.

Queriendo másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora