La felicidad

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Le observo, me encanta hacerlo. Aprovecho cuando está distraído, ajeno, fijándose en cada detalle de todo lo que le rodea. Me gusta mucho su pelo alborotado, con aire despreocupado. Como si no tuviese tiempo para peinarse, siguiendo sus principios de "disfruta de la vida y no pierdas el tiempo". Aunque tal vez necesite a alguien así, ya que lo único que he hecho en la vida ha sido perder el tiempo con personas que no me merecían. Mi mente se llena de malos recuerdos y eso me produce unas inmensas ganas de llorar. Pero no, delante de él no. No voy a permitir que se estropee este día, que hasta el momento no ha habido nada que lo convierta en malo.
Continúo mirándole, no puedo sacarle ningún defecto, es tan perfecto... Ahora entiendo por qué dicen que el amor es ciego.
Me encanta. Con sus virtudes y sus defectos, cada pedazo de su corazón roto intentando recomponerse y cada rincón de su alma vacía. Todo.
Adoro cómo me hace sentir, sobre todo cuando me mira. Como si fuese la única persona en la tierra y la más importante para él. Sé que realmente le importo a alguien, que es una persona que daría lo que fuese por mí, al igual que yo por él.
Y de verdad que me llena el alma y el corazón. Por fin sé lo que es el amor correspondido, después de tantas decepciones y rupturas por las que he pasado... Después de todo, la vida me ofrece el regalo que con más ansia he esperado siempre, la felicidad.

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