La gravedad

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Qué difícil me resulta alejarme de aquello que me atrae como la gravedad. Puede sonar exagerado, pero es así. Yo vivo en el mundo de las nubes, sin nada a lo que aferrarme. Y tú eres la Tierra, sólida y fuerte, que me llama continuamente. Me gustaría subir, pero siempre que lo hago la gravedad me baja y caigo sobre ti. Aunque si pudiese subir sin ninguna dificultad tampoco sabría si quedarme o no, porque si me fuese no tendría nada a lo que sujetarme. Tú, siempre tú, me llamas con un susurro y yo voy hacia ti. Y yo puedo regalarte lo más bonito que tus ojos jamás verán pero tú no vienes. La gravedad no funciona contigo, solo conmigo. Es injusto y desproporcionado. Ojalá no fuese así.

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