Antes de ducharse, se desnudó lentamente enfrente del espejo del baño, donde se reflejaban todos sus complejos. Veía angustiada los kilos que, según ella, en su cuerpo sobraban; sus pechos ridículamente pequeños, que, casi sin darse cuenta, comparaba con el resto de chicas de su edad; sus labios finos, esos que nunca nadie había probado; su pelo liso, sin forma y sin brillo; sus manos grandes y sus dedos gordos; sus muslos demasiado anchos; sus dientes poco alineados; y su mirada triste y apagada a causa de lo poco que se quería a sí misma.
Este ritual lo repetía todos los días antes de ducharse, y estaba ya cansada de siempre lo mismo. Esos pensamientos negativos contribuían a su infelicidad, a la que no veía límite. Lo había intentado todo: dietas, ejercicio físico, llevar una vida saludable y lo menos sedentaria posible; pero los resultados no habían sido los que pensaba que conseguiría. Solo le quedaba una última opción: retirar de su mente todos esos pensamientos negativos, tirarlos a una basura imaginaria y no volver a repetirlos nunca. Así que se miró al espejo, vio un brillo en su mirada y firmeza en la expresión de su cara. Y dijo en voz alta la mayor declaración de amor de su vida:
- Me quiero.
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Relatos de amor
RomansaSi eres amante de las historias más románticas échale un vistazo... Cada capítulo es un relato diferente. Tratan de amor, desamor, ilusiones, decepciones, pensamientos, sentimientos, emociones... Esa clase de sentimientos guardados en lo más prof...