diecinueve.

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— Dímelo, _______. ¿Se aprovechó de ti? — me pregunto mirándome fijamente.

— ¿Quién se aprovechó de ti? — eso no lo pronuncio Draken y mucho menos yo, volteé hacia el umbral y vi que era Mitsuya el que entraba a la sala cargado con bolsas.

— Tú, idiota — dijo mientas se acercaba amenazantemente hacia Mitsuya, trate de pararlo, tomándolo de la camisa, pero fue inútil, se paro frente de él y lo empujo.

— Mira — soltó una sarcástica y furiosa carcajada — No sé de qué rayos estás hablando... — puso las bolsas en el piso — Pero será mejor que te largues ahora.

— Bueno... — reí nerviosamente mientras me ponía entre los dos, de frente a Draken — Creo que será mejor que te vayas — le dije casi rogando, puse mis manos en su pecho, para hacerlo hacia atrás.

— No, yo no me voy hasta partirle la cara a este — ni siquiera me miraba, solo lo miraba a él con una fría mirada, y estaba cien por ciento segura que la mirada de Mitsuya era igual o más despectiva.

— Genial, no sabes las ganas que tengo de dejarte en el piso — sus voces llenas de rabia, me hacían estremecer.

— Ya basta, déjense de tonterías. Draken, vete, por favor — le insistí, pero lejos de hacerme caso, me tomo de la cintura, para levantarme en el aire y hacerme a un lado.

— ¡Draken! — grite cuando vi como le daba un golpe a Mitsuya, este paso el dorso de su mano por debajo de su labio inferior, para limpiar la gota de sangre que había brotado. — ¡Basta! — volví a gritar solo que ahora Mitsuya le devolvio el golpe.

Todo pasaba tan rápido y a pesar de mis seguidos intentos de separarlos, si no era Draken, era Mitsuya el que me hacia a un lado.

— ¡Draken! ¡Uno más y no te vuelvo a hablar en mi vida! — le grite haciendo que volteara a verme, su ceja y labio sangraban al igual que Mitsuya.

— No puedo dejar que este tipo se aproveche de ti — me dijo molesto.

— Pero, ¡entiéndeme! ¡no me hizo nada! — me puse nuevamente en medio. — Por favor, vete — le volví a pedir. Tomo el cuello de su camisa y limpio sus labios.

— Sabes que te quiero... — me dijo resignado, se acerco a mí y beso mi mejilla.

Miro fulminantemente a Mitsuya una vez más y salio de la casa, escuche el golpe de la puerta e inmediatamente lleve mis manos hacia mi rosto para ocultarlo. Me sentía terrible.

— Por eso quería hablar contigo, para evitar que le dijeras a medio mundo que abuse de ti — me dijo furioso mientras tomaba las bolsas del piso que ahora estaban esparcidas por toda la sala.

— Yo no dije absolutamente nada a nadie — le dije caminando detrás de él.

— Si, claro. Entonces, ¿por qué este imbécil se me tiró encima? — me grito.

— ¡Tal vez porque vio las marcas que estúpidamente dejaste en mi cuello! — le grite igualmente, no iba a permitir que él me gritara sin razón.

— Discúlpame... Pero tú dejaste las mismas marcas o incluso peores en mi cuello y no estoy quejándome con la primera persona a la que vea — dejo las bolsas sobre la mesa de la cocina.

— ¡Ja! Ahora resulta que yo tengo la culpa — le dije sarcásticamente.

— Tienes la culpa desde haber hecho una fiesta, beber hasta perder el conocimiento y no dejarme ir — se acerco mientras enumeraba fríamente lo que decía.

— ¿No dejarte ir? — pregunte riendo — ¿Acaso te apunté con una pistola? ¿Te amarre? ¿Te amenacé para que te quedaras? — ahora yo enumere con mis dedos.

— Claro, uno solo recuerda lo que le conviene.

— ¿Lo que le conviene? — volví a reír — No lo creo, porque nada de lo que sucedió me conviene y aún así recuerdo algunas cosas — dije seca.

— ¿No te conviene? — ahora fue él quien solto una carcajada — "Shhh, Mitsuya, si podemos"  — dijo haciendo una aguda voz, tratando de fingir la mía.

— ¡Eres un idiota! — le dije ahora más que molesta.

— ¡Sí, un idiota al cual casi violas!

— Sabes que... ¿por qué no te vas..? ¡Tómate el día! ¿Por qué no te vas con tu novia o algo así?

— ¿Qué? ¿Ahora estás celosa? — se acerco a mí lentamente.

— No tienes tanta suerte.

— No necesito suerte... — seguía acercándose — Sé que te gusto — esta vez yo no retrocedí, no le demostraría debilidad.

— Si me gustaras ya te tendría aquí — levante mi mano mostrándole la palma de mi mano.

— ¿Cómo? ¿Así como yo te tengo a ti? — levanto una de sus cejas mientras sonreía victoriosamente de lado.

— Bien sabes que no es cierto — le dije riendo, me di media vuelta y camine hacia las escaleras.

El Niñero | Mitsuyᥲ TᥲkᥲshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora