doce.

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— "Fiesta en casa de _______ Benet" — le dije — Y envíalo a todos tus contactos.

Comenzamos a enviar mensajes de texto a todos nuestros conocidos, podíamos ver como cada persona presente en la cafetería sacaba su celular, para automáticamente soltar una sonrisita.

— ¿Estás segura de esto? — me preguntó Emma sonriente.

— Sí... — solté una carcajada — Explotará... — le dije y la risa de Emma se unió a la mía.

Todo el instituto ya estaba enterado de la fiesta, sería el viernes en la noche, osea mañana.

— ¿Y cómo comprarás las cosas? — por "cosas" se refería a alimentos y bebidas con alto nivel de alcohol.

— No lo sé... Yo solo compraré comida — le dije ya que yo no ingería alcohol.

— Pero te quitó tus tarjetas... — me dijo sin entender.

— No todas... — saqué de mi bolso una tarjeta de débito — Solo que no sé cuánto dinero tiene — le dije.

— Esperemos y lo suficiente — rio Emma.

— ¡Emma! ¡Tendrás que ayudarme! — le dije en tono de suplica.

— ¡Sí! ¿Con qué? — me preguntó.

— Yo estoy castigada, ¿podrías ir a comprar tú las cosas hoy? — le pregunté.

— Claro — me contestó — Solo que la tarjeta de débito necesita tu firma — Me recordó, era inútil. Tenía que ir yo.

— ¡Ay! ¡No! — cubrí mi rostro con mis manos — Entonces ya veré que le invento... — le dije no muy convencida.

(...)

Las clases pasaron rápido, ya que además me distraía con los mensajes que me llegaban sobre la fiesta. Apenas tocó el timbre salimos.

— ¡Entonces nos vemos mañana! — se despidió Emma, ya que tenía que ir por unos libros y se iría tarde a su casa.

— ¡Hasta mañana! — le dije subiendo rápidamente ambas cejas.

Salí y ahí estaba el auto de Mitsuya, con su dueño recargado en un lado, como siempre llamando la atención — Engreído — pensé con molestia.

Caminé hacia el auto, cuando estuve cerca Mitsuya subió. Abrí la puerta del copiloto, pero alguien me llamó.

— ¡_______! — era una varonil voz.

— ¡Draken! — dije cuando vi a uno de mis grandes amigos caminando hacia mí, tenía mucho tiempo sin verlo, ya que había salido de viaje.

— ¿Cómo estás, hermosa? — me dijo alzándome entre sus fuertes brazos, él era como un hermano para mí. Mis padres lo adoran como él a ellos.

— ¡No me vuelvas a abandonar! — le reclamé riendo mientras me bajaba, mientras me acomodaba el cabello pude ver a Mitsuya de reojo, quien había bajado del auto y veía con detenimiento la escena.

— Oye, ¿es cierto lo de..? — tape su boca con mi mano rápidamente, ya que sabía lo que iba a preguntar.

— Ven — le dije para que se agachará y poder susurrar algo en su oído — Sí, es cierto. El viernes en mi casa. Tengo mucho que contarte, ¿ves al tipo de allá? — le dije señalando disimuladamente con mi mirada, asintió levemente con la cabeza. — Es mi niñero, y lo detesto — reímos los dos.

— Ni... — estaba por repetir.

— Shhh... — lo volví a callar — dile a Emma que te cuente la historia.

— ¿Y por qué no vamos a comer o a tomar algo y así me platicas sobre eso? — me dijo tomándome de la cintura, acercándose lentamente.

— ¿Draken? ¿Qué haces? — le pregunté extrañada.

— Está celoso... — susurró mirándome con sus ojos azules, que iban de mis ojos hacia donde estaba Mitsuya.

— ¡Claro que no! — le dije riendo — Tiene novia... y nos llevamos pésimo — le susurré.

— Yo veo otra cosa en su rostro — me dijo seguro — Bueno, entonces, nos vemos mañana, bonita — me acompañó al auto, le sonreí y me despedí con la mano. Cerró la puerta y me guiñó un ojo. Para después regresar a donde estaban todos.

— ¿Y quién es ese? — me dijo con voz dura a medio camino.

— No te interesa — le dije fulminándolo con la mirada para luego regresarla al exterior del auto.

—Tienes razón. No me interesa. — me dijo sin despegar la mirada del camino.

(...)



Me levanté por los insistentes golpes de Mitsuya en la puerta, como todos los días...

Cepillé mis dientes, entré a la ducha y me vestí.

Llegué al instituto, ahora este día en especial paso aún más rápido que los demás, ya que tenía la preocupación de alcanzar a comprar las cosas para la noche. Además, tenía que buscar qué ponerme, arreglarme y sin que Mitsuya se diera cuenta. Debía de buscar una manera de sacarlo de la casa.

En la salida no estaba Mitsuya, así que caminé hacia la casa, acompañada de Emma, quien me contaba qué era lo que iba a usar en la noche. Después de pasar por su casa me dirigí a la mía.

— Señorita... El Joven Mitsuya le dejó una nota — me informó una de las de limpieza mientras sacaba un pequeño papel doblado.

— ¡Gracias! — le dije y se retiró.

Abrí el papel y pude ver con su pequeña letra: "Salí con Alice. Pórtate bien, llegaré en la noche"... 

El Niñero | Mitsuyᥲ TᥲkᥲshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora