xxviii. el hombre y su ilegítimo poder

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DESASTRE GLOBAL,
capitulo veintiocho: el hombre y su ilegítimo poder!


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          MUCHO DESPUÉS DE QUE CHRIS Y JOY PARTIERAN CAMINOS CON EL PEQUEÑO EQUIPO DE CUATRO, ellos se encargaron de recargar sus armas y seguir la ruta que les había trazado Hunnigan. La mujer morena no mantuvo contacto desde ese entonces, muy a pesar de que Lottie sabía perfectamente que ella les estaba echando ojo, que la constante vigilancia seguía estando allí a pesar del silencio de radio. Ella lo agradeció gratamente, no solo porque una persona tan madura como Ingrid Hunnigan podía ser tenaz en su vigilancia, sino también porque era importante tener a alguien sabiendo a qué tipo de riesgo se estaban exponiendo los agentes. Hunnigan, muy por dentro, podía decirles qué era lo que sucedía fuera de su propio alcance.

          Sin embargo, ella no podía saberlo todo. Pero Lottie agradecía el intento.

          Las luces de los edificios, reflejados desde la ventana del edificio donde bajaron crearon sombras duras en las figuras de los compañeros de Harmon. Todos se sumieron al silencio del momento, donde solamente sus respiraciones eran lo único que podían escuchar — el lujo de hablar en un entorno tan hostil como este demostraba ser la peor idea que se le podía ocurrir a Charlotte. Y ahí se recordó que ellos se habían metido directamente en un campo de guerra, donde todo podía ocurrir en menos de una milésima de segundo. Bajaron un par de pisos más, llegando a un subsuelo donde se detuvieron. Se giró al escuchar a Eider jadear ante el cansancio.

          —Le falta un poco de actividad física—dijo Helena en un murmullo al matrimonio.

          —Ella tiene sus actividades, Helena—respondió Leon, cortando la palabra de la pelirroja, quien iba a hablar—. Actividades de una niña normal. No está acostumbrada a cargar con una pistola y correr por su vida—miró de reojo a la rubia, quitándose la coleta para poder trenzar su cabello y así quitarse algunos mechones invasores de su rostro sucio—. Está exhausta.

          Lottie la miró por un rato—Ni siquiera sabemos qué fue lo que le pasó en Estados Unidos en nuestra ausencia.

          —Y vaya que está reacia a hablar sobre ello—murmuró Leon ladeando su mirada hacia Lottie.

          —Ya te lo dije—advirtió la pelirroja enviándole una mirada tensa hacia su marido—. Si quieres que ella confíe en ti, que se comunique contigo: afloja el maldito collar en el que la tienes.

          Leon suspiró antes de ver de nuevo a su hija, quien se acomodaba el cabello para dejarlo parejo, atándoselo para luego quitarse tierra de su traje. Ella alzó la mirada, topándose con los tres adultos mirándola y la rubia no tardó en sentirse invadida por las miradas que no podía leer a simple vista — ni siquiera la de sus padres en aquel entorno. Una cosa era reconocer miradas y tratos a través de la familiaridad de su hogar, de un entorno en el que ella se sentía a salvo. ¿Pero allí? Allí, en medio del fuego cruzado, ella no comprendía nada y le molestó el simple hecho de no comprender. Lottie abrió su PDA al ver que alguien intentaba comunicarse con ella, atendiéndolo para ver el rostro de Hunnigan al otro lado de la pantalla.

NOIRE ━━ Leon S. Kennedy ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora