Capítulo 4.

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Estaba destrozado. Para Jungkook le era difícil superarlo, amaba a Taehyung y el simple hecho de haberle dejado por dinero, le hacía sentir miserable.

Quizás nunca le amó o tal vez sí, pero no duró más. Ahora anhelaba poder tener todo el dinero del mundo para que su amado regresara.

Triste, inútil, miserable; así se describía... Oh, ¡Un muerto de hambre!, Eso le faltaba. Todo le había dejado de importar, hasta desplazó a Yomi.

Muy en el fondo sabía que tenía ahora una responsabilidad pero quería ignorarlo, quería desconectarse del mundo sin importar nada.

Y es que más de seis años de relación a la basura, con altos y bajos, a escondidas, prejuicios, discriminación, maltrato, rechazo y no por sus preferencias sino por sus posiciones socioeconómicas.

Creía haber ganado, pero solo imaginaba. Parecía ser una ilusión, su vida de sueños, pero los sueños... Sueños son.

Jungkook se encontraba acostado en su cama metido entre las cobijas. Había llorado mucho pero no podía dejar de hacerlo, abrazaba su almohada y trataba de quedarse dormido, quizás se olvidaría de todo por un tiempo.

¡Pero en realidad se olvidó de todo!, Sus amigos eran testigos, ya no contestaba mensajes ni llamadas. Y Yomi... Ese niño que vivía en carne propia el dolor de su ahora padre, se sentía desplazado y olvidado.

Su hambre era mucha, había comido mucho cereal y todo lo que veía en el refrigerador. Ya casi eran las seis de la tarde, no había nada de comer en casa; así que se acercó al cuarto de su padre para poder recibir una solución al problema.

- Papá Kook... Mi pancita ruge, tengo hambre- dijo Yomi asomando su cabeza en la pequeña abertura que hizo de la puerta.

- Ahora no, Yomi. Déjame solo- respondió Jungkook sin ganas.

- Pero papá, ya no hay nada de comer... Y quiero jugar- el niño se metió al cuarto y se subió a la cama para tratar de hacer levantar al pelinegro.

- Yomi, vete por favor. Papá necesita estar solo.

- Pero ya va a salir la luna otra vez, ya van tres veces que sale la luna y no sales de aquí...

- ¡Déjame en paz!, ¡Quiero estar sólo!, ¡Vete de mi vista!- le gritó Jungkook tomando entre sus manos, sus pequeños hombros.

La paciencia se había consumido en Jeon que impulsivamente actuó. El pequeño Yomi se sintió herido, su pechito como su pequeño corazón dolieron ante la reacción de su papá.

Así que sin una palabra más, salió del cuarto y comenzó a sollozar recargando su pequeña espalda en la pared. Ahora el se sentía herido y culpable; su papá Kook estaba muy enojado.

Ya no quería sufrir y en ese momento sabía que había hecho mal, su inocente mente le hacía formular varias teorías de por qué su papá estaba así y llegó a la conclusión que quizás todo niño tiene cuando sus padres sufren; él tiene la culpa. Papá no se habría enojado y puesto más triste por mi culpa, pensó.

A muchos niños no les gusta ver a sus papis enojados ni tristes, así que hacen todo para verlos felices. Así que su mente ocurrente encontró la solución: debía irse de casa para que todo fuera como antes. ¿Pero a dónde iría? A la casa hogar, ahí estaría bien sin dañar a nadie.

El infante fue a la cocina, buscó y encontró una bolsa de plástico grande, fue a su habitación y tomó todas sus prendas de ropa. Su pequeña nariz estaba roja como sus ojos debido al llanto. Cuando estuvo listo, caminó con sigilo, abrió la puerta principal y salió.

You. |JinKook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora