La Sultana visita a su gente

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Fueron los días más largos y agotadores para la Sultana Ahlam quien era vigilada constantemente para evitar cualquier ataque hacía su persona.

Su madre la Sultana Hatice estaba sobreprotectora con ella al igual que su padre Ibrahim quien no descansaba con tal de encontrar al culpable, sus queridos hermanos Osman y Chiganger no se despegaban de ella ni siquiera a la hora de dormir.

Los dos pequeños dormían con ella por el miedo de ser separados de su querida hermana. Cuando Ahlam estuvo totalmente recuperada ella no dudó ni un segundo en visitar a la gente que tanto la amaba.

Así que ahora se estaba preparando para su visita mientras en otras habitaciones las demás Sultanas de igual manera se estaban preparando para acompañar a la joven.

Suleiman quien iría encubierto al pueblo para poder ver la interacción de su hija y la gente de igual manera para asegurar la protección de todas las Sultanas.

En las calles de Estambul se encontraban llenas de vida personas gritando sus materiales de venta, otras caminando de un lado a otro comprando o simplemente paseando.

Cerca de el mercado varias mujeres con sus hijos o en compañía de otras mujeres caminaban al refugio que la Sultana Ahlam había construido para las mujeres viudas o desamparadas.

Cuando unos carruajes llamaron su atención las niñas y niños miraron con curiosidad los carruajes.

- Atención!!! La Sultana Ahlam a llegado!!! - en cuanto escucharon el nombre los niños corrieron al encuentro de la Sultana.

- Sultana Ahlam! -

Ahlam bajo del carruaje con una sonrisa ante tal recibimiento más no perdió su elegancia y porte.

Visitó cada una de las fundaciones que creo y ayudando a gente necesitada brindando su ayuda a quien lo necesita

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Visitó cada una de las fundaciones que creo y ayudando a gente necesitada brindando su ayuda a quien lo necesita.

El pueblo la amaba y lo demostraban dando palabras de aliento, brindando buenos deseos para la Sultana y dando una que otra vez regalos que les ofrecían los niños.

Las Sultanas no pudieron estar más orgullosas de Ahlam ella demostraba con naturalidad lo que era una sultana.

El sultan quien miraba a lo lejos sonrió al ver la interacción recordando las acciones que dió para el bienestar de su gente, cada día que pasaba mirando y analizando todo lo que Ahlam hacía más convencido estaba de que ella actúa más como un principe que como sultana.

No muy a lo lejos arriba de un tejado un hombre miraba con una sonrisa a la Sultana que tenía su corazón, maravillado por todo lo que ella hacia.










Perdón por tardar y el corto capitulo me he quedado sin inspiración y ahora con la escuela se complica

La Sultana MagníficaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora