Capítulo 7: humano

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Hermione no lo había visto en tres días.

Ni siquiera había escuchado el más mínimo movimiento en su habitación, y si no hubiera sido por el hecho de que la comida que preparaba siempre desaparecía cuando regresaba de la biblioteca, podría haberse cuestionado si él aún seguía en su dormitorio. La bruja había contemplado volver a entrar en su habitación para lanzar otra serie de disculpas, pero razonó que probablemente sería un paso en la dirección equivocada. Claramente él quería privacidad, y le debía al menos eso después de lo que había hecho.

Todavía estaba muy mortificada por sus acciones.

Nunca, nunca había hecho algo tan horrible en su vida; tan malvado. Se había encerrado en su habitación no menos de cuatro veces, y se quebró en sollozos desinhibidos, acunando su tembloroso cuerpo. La muerte de Charity Burbage seguía oscureciendo su mente, pero siempre se descubría mirando su palma en esos momentos fracturados, buscando una cicatriz o marca.

Se frotó la frente mientras sus dedos echaban a un lado otra página. Los fuertes vientos que aullaban fuera del castillo la habían exiliado a la sala de estar, buscando consuelo en uno de sus libros. El viento era su debilidad. Podía sentarse felizmente a través de una tormenta de truenos de colores, o escuchar los latidos de las fuertes lluvias, pero cuando el viento sonaba como un humano estrangulado, la petrificaba.

Había intentado silenciar con hechizos, tal como lo había hecho en todos sus años anteriores en Hogwarts, pero siempre flaqueaban cuando el sueño se tragaba su concentración. Los rugidos ventosos la despertarían y estaría de vuelta donde había comenzado.

Hermione abandonó rápidamente la idea de dormir demasiado cerca de su ventana y ahora estaba acurrucada en el sofá de la sala sin ventanas; leyendo los poemas de Lord Byron, uno de sus placeres culposos. Tiró de la manta un poco más fuerte a su alrededor mientras avanzaba con She Walks in Beauty, echando un rápido vistazo al reloj y haciendo una mueca cuando se dio cuenta de que eran las tres y media.

Y el maldito viento no daba indicios de desvanecerse en el corto plazo.

Contuvo el aliento cuando un pequeño clic cortó el aire, y su mirada almíbar se desvió para encontrar a Malfoy saliendo lentamente de su dormitorio. Parecía molesto cuando la vio, exhaló un suspiro agitado mientras se dirigía hacia la cocina, aparentemente eligiendo ignorarla por completo.

Ella pensó dos veces antes de hablar, pero las palabras se apresuraron antes de que pudiera pensar tres veces —. ¿Te desperté? —susurró, insegura de si la había escuchado o si simplemente estaba decidiendo no aceptar la pregunta. Merlín sabía por qué pensó que volver a preguntar era una buena idea —Te...

—No. — gruñó él mientras vertía un vaso de agua, dándole la espalda.

—Bueno, entonces por qué estás...

—Tenía sed. —le respondió, girando sobre sus talones y volviendo a su habitación.

—Malfoy, espera —dijo Hermione rápidamente, enderezando la espalda y preguntándose exactamente qué pretendía decir. No tenía idea de por qué él se detuvo cerca de su puerta, pero no se atrevió a cuestionarlo, para que no recordara su constante deseo de alejarse de ella —. ¿Puedo hacerte una pregunta?

Suspiró como si ella estuviera interfiriendo con su inexistente horario —. Hazla rápido.

Ella dudó y se lamió los dientes —. ¿Todavía estás enojado por... bueno... por el otro día...

Aislamiento [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora