XII

271 48 4
                                    

Vergonzoso sería la palabra correcta para definir lo que sentía en ese instante, incomodidad y vergüenza, tenía que estar soportando la mirada de todos sus compañeros encima de él.

Y tenía que lidiar con el bajito llanto del bebé, manteniéndose de pie al lado de su asiento (que para menos vergüenza, era el del fondo) mientras mecía de forma torpe y tosca al pequeño cachorro que parecía querer llorar más por los movimientos de su padre.

El maestro de vez en cuando se detenía a preguntarle si se encontraba bien, lo que causaba más estrés en el Omega, pues nuevamente todos los pares de ojos se detenían en su persona, algunos mirándolo con empatía, algunos con ternura, la mayoría con burla y desden.

Muy pocos con envidia.

Por supuesto.

Él era el esposo del grandioso Kim SeokJin y el cachorro en sus brazos era el siguiente heredero a todo el imperio Kim.

Por supuesto que podían envidiarlo, de la noche a la mañana su vida cambió drásticamente, no tenía que preocuparse jamás por el dinero o la comodidad, tenía todo en bandeja de oro...

Pero, ¿Realmente era así? No le servía de nada los adornos que insistían en ponerle encima, no le interesaba cuántos dólares tuviera en su cuerpo, nada de eso importaba cuando su libertad había sido apresada... Usado únicamente como una incubadora.

Odiaba todo.

Odiaba a todos.

Se odiaba a sí mismo...

Y odiaba a ese bebé..

Pero sobretodo... Odiaba a Kim SeokJin.

— Yoonie, cariño... No te sientes bien... ¿Por qué no vamos a dar una vuelta? —La melodiosa voz de HyeJin lo hizo sacar de su ensoñación, sus brazos estaban algo caídos lo que provocaba que el bebé casi tuviera su cabeza colgando fuera, HyeJin impedía que algo más grave sucediera, acomodando sus propios brazos alrededor de los de YoonGi.

No era una sugerencia, lo supo cuando vio a la mujer levantarse, llevándose sus cosas y las de él para después empujarlo con suavidad hacia la salida, escusándose con el maestro quien fue agradablemente comprensible y dejó que ambos salieran del salón de clases.

HyeJin dejó sus cosas sobre el pasto, sentándose primero para después estirar sus brazos hacia el Omega.

— Descansa ¿Sí? Yo meceré a JungKook. —Sin siquiera dudarlo, YoonGi entregó al cachorro hacia la mujer, dejándose caer después al pasto y recostandose en este, su mirada fija en el cielo sin nubes y sus ojos entrecerrándose por la propia luz del día.

HyeJin no dijo nada al respecto de la actitud de su amigo, aunque tenía sus incertidumbres... Nunca había visto a SeokJin y a YoonGi cruzarse, ahora estaban casados, si YoonGi amara a SeokJin, estaría feliz por todo esto... ¿No?

Sin embargo él parecía repeler al bebé... En el fondo comprendía cierta parte, era un joven de 20 años, iniciando sus estudios universitarios y ahora debía de cuidar a un bebé en medio de sus clases, soportando críticas silenciosas y miradas de lástima.

Cualquiera se sentiría cansado y fastidiado con eso.

HyeJin meció al bebé en sus brazos, sonriendo con genuina ternura mientras tarareaba una melodía inventada, JungKook había dejado de llorar para prestarle atención a la conocida Alfa, la mujer soltó una risilla al ver cómo se entretenía con sus dedos.

— Eres una dulzura... Serás muy bonito como tu padre. —Lanzó una discreta mirada hacia YoonGi, el Omega había cerrado sus ojos completamente, cubriéndose sus propios ojos con su antebrazo.

Matrimonio [JinSu/TaeGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora