Maldito alfa.

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A Jungkook nada le estaba yendo como lo esperaba.


Apenas salió de su casa, en ese barrio de mierda donde vivía, un grupo de idiotas vagabundos, el mismo que siempre se reunía en las esquinas a molestar a las personas que pasaban por ahí, y en el peor de los casos las asaltaban, le gritaron cosas como "guárdame un turno con tu hermana", "que bien la chupa tu hermana", "¿hace descuentos de grupo?". Malditos. Le encantaría cortarles la polla y hacérselas tragar por toda la mierda que decían de su querida hermana. Debería haberlos puesto en su lugar, pero no valían la pena, nada iba a desviarlo de su objetivo, ahora menos que nunca. Apretó los puños y pasó por su lado ignorándolos.


Llegó a su primer destino, la Universidad donde estudiaba Irene. La facultad de derecho estaba ubicada en una estructura impresionante, el lugar era mucho más grande que la Universidad donde él estudiaba. Quedó impresionado por las columnas griegas y por el gran número de escaleras por las que subían y bajaban estudiantes y abogados vestidos con trajes. Se miró su ropa, se sentía tan fuera de lugar con su chaqueta de cuero, pantalones rasgados en las rodillas y sus tatuajes sobresaliendo por el cuello. Seguramente iba vestido de la misma forma que las personas que ellos defendían en los juicios.


Media hora más tarde era una persona sin fondos. Cuando fue a pagar el préstamo estudiantil, se enteró que lo que debía Irene era mucho más de lo que imaginaba, pero aun así pagó todo quedándose sin un centavo para él. Perdería otro semestre, pero por su hermana valía la pena cualquier sacrificio. Si, a Irene no le gustaría nada lo que hizo, ella prefería que él siga estudiando, además aseguraba que era capaz de salir adelante sola, pero joder, si él podía ayudarla, lo haría siempre que pudiera.


Ahora, finalmente, se dirigía a buscar a su omega. Necesitaba verlo. Urgentemente.


Repasó en su mente la larga lista que su amigo Yoongi le había dado de los lugares donde podía encontrarlo. La primera vez que la vio sintió mucha admiración y respeto por Taehyung por todas las actividades que realizaba.


Al primer lugar al que acudió fue un centro de investigación de enfermedades. Allí no pudo ingresar, no era un lugar para recibir visitas le aclararon, pero desafortunadamente su omega no se encontraba ahí. Aun sin perder el ánimo, se dirigió hacia el segundo lugar en la lista, una clínica privada ubicada en el centro de la ciudad. La clínica era prácticamente de cristal, el lugar era demasiado ostentoso. No pudo pasar el control de seguridad, sin cita previa no podía ingresar al lugar, pero Taehyung tampoco se encontraba allí. Luego se dirigió hacia un centro de salud público donde atendía a niños de bajos recursos. Allí le dijeron que el doctor no regresaba sino hasta la próxima semana.


Un poco desanimado siguió caminando mientras pensaba cual sería el próximo lugar a donde iría. Pasada la hora del almuerzo, se sentó en una plaza a comer un burrito. El lugar estaba lleno de niños que jugaban en las atracciones con sus padres cuidándolos. Observó cómo se veían de felices las familias con sus hijos, él nunca tuvo esa experiencia pero lo anhelaba con todo su ser. ¿Qué se sentiría tener una familia que te quiera y te proteja de esa manera? Era un deseo que tenía de niño, pensaba que ya lo había superado, al parecer estaba equivocado. Con una opresión en el pecho se alejó de allí, tenía que continuar con su búsqueda.


Se decidió buscarlo en su consultorio personal. Allí fueron más amables con él, aunque tristemente le informaron que el doctor había cancelado todas sus citas para la próxima semana. ¿Ahora qué haría? ¿Debería abandonar su búsqueda y regresar unos días después? Parecía lo más lógico, pero no podía, quería, más bien, necesitaba ver a su omega. No solo porque quería volver a sentir su cuerpo sobre el suyo, o sentir su dulce aroma o besar su suave boca, sino porque deseaba saber todo de él, cuáles eran sus gustos, sus sueños, sus miedos, sus deseos…


¿Cómo debería comportarse si llegaba a encontrar a su omega? Últimamente había pensado mucho sobre eso, primero trataría de ganarse su confianza, luego trataría de ser lo más amable y gentil que pudiera. Suspiró, esperaba con todas sus fuerzas que funcionara y que pudieran conocerse ya que en su primer encuentro no hablaron casi nada porque estaban más ocupados en…en… cada vez que cerraba los ojos podía recordar todo lo que hicieron ese día con absoluta claridad.


Finalmente la noche cayó en la ciudad, aún le faltaba un largo camino para llegar a casa. Iba caminando por frente del centro comercial más famoso de la ciudad, sin embargo, nunca entraba a ese lugar, porque era triste mirar las cosas que no podía comprar, ahora mucho menos que antes, "¿cuándo podría darse un gusto otra vez?". Pensó.


Necesitaba un cigarrillo. Se palmeó los bolsillos de su chaqueta hasta que los encontró. Se puso un cigarro en los labios, lo encendió e hizo una calada profunda, en ese momento escuchó unas risas que llamaron su atención. Miró en esa dirección, no podía creer lo que sus ojos veían, por fin la suerte estaba de su lado, sonrió emocionado cuando vio que era Taehyung, su omega, lo había encontrado, justo cuando ya había perdido las esperanzas de hacerlo en ese día.


Su omega lucía tan alegre y relajado, incluso se veía mucho más hermoso y elegante de lo que recordaba. Por un momento pensó quedarse de pie allí, solo observándolo y sonriendo como un bobo bajo el hechizo de Taehyung. Pero la sonrisa se desvaneció de su rostro cuando vio que estaba acompañado por ese alfa pijo del cumpleaños de Jimin. Sintió hervir la rabia en su interior, su lobo comenzó a gruñir. Debería ser él, el que estuviera a su lado no ese maldito alfa. Las sonrisas de su omega deberían ser para él y para nadie más.


De pronto el alfa pijo, el muy maldito, rodeó con un brazo la cintura de Taehyung. "¿Cómo se atreve a tocar a mi omega?".Pensó.


En ese momento perdió el poco control que tenía, tiró el cigarrillo en la acera y salió a toda marcha hacia donde estaban ellos.


A la mierda con lo de ser gentil. Cuando los alcanzó, tomó a Taehyung del brazo, colocándolo rápidamente detrás de él. Su lobo estaba tan cerca de la superficie, con la mirada amarilla acercó su rostro al del alfa, con rabia le gruñó:



Mío.

¿Podrías Amarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora