Deseo.

26 7 0
                                    

Kim Taehyung.

Taehyung estaba sin aliento. Perdió la cuenta del tiempo que llevaba corriendo. Todo estaba tan oscuro, que no podía ver por dónde iba, no sabía qué camino seguir, miró hacia a todas partes pero solo encontró más oscuridad. Lo único que podía hacer era seguir buscando una salida. Solo seguir.


Al cabo de un tiempo alguien apareció por delante de él. Se alegró cuando vio que era WonHo. Caminaba lentamente con las manos en los bolsillos. Él corrió más rápido para alcanzarlo, pero mientras más lo hacía, más parecía alejarse.


—Espérame, ¡no me dejes! —gritó.

Desesperado por alcanzarlo, corrió lo más rápido que pudo. Aun así, no lo lograba. WonHo solo seguía caminando lentamente, como si no lo escuchara. A lo lejos apareció una pequeña luz, que se iba haciendo más grande a medida que más se acercaba WonHo a ella.



—WonHo, no te acerques ahí —volvió a gritar.



Su amigo estaba cada vez más cerca de esa luz, que ahora tenía la forma de una puerta. Cuando llegó a ella, se detuvo sin mirar atrás.



—No cruces esa puerta —gritó desesperado—. Por favor, espérame.



Le dolían las piernas de tanto correr, sus pulmones no conseguían el suficiente aire, aun así corrió con todas sus fuerzas. Pero fue en vano, porque WonHo finalmente cruzó la puerta.



—¡NO! —gritó cayendo de rodillas— ¿Por qué siempre me dejan todos los que amo?



Lleno de frustración y dolor, pegó un puñetazo en el suelo negro. Se sorprendió cuando este comenzó a agrietarse y se rompió, sonando como mil espejos rotos a la vez. El suelo debajo de él desapareció, y fue reemplazado por agua. Agua. Abrió completamente los ojos al sentir el terror absoluto. Taehyung entró en pánico cuando de golpe se hundió en agua helada. No podía moverse. Sus brazos y piernas estaban inmóviles, comenzó a hundirse más y más. Le faltaba el aire. Su visión comenzó a oscurecerse. Ya no podía aguantar más, por lo que soltó el aire dentro de sus pulmones. Burbujas de aire fue lo último que vio antes de perder la conciencia.



—Oye despierta —él conocía esa voz—. Vamos bebé, abre los ojos —la voz estaba cargada de preocupación.



—¿Jungkook? — preguntó abriendo lentamente sus ojos, tratando de adaptarse a la luz.



Se encontraba recostado en su cama, con Jungkook sentado a su lado. Extraño. No recordaba que sus paredes fueran tan blancas que no se distinguían del techo. Había tanta luz por todas partes. Pero lo que realmente captó su atención era la mirada de tristeza y dolor que vio en Jungkook. Él vio esa expresión antes, de alguna manera se sentía responsable, él puso esa mirada en su rostro.



—Gracias por salvarme —finalmente pudo decir esas palabras. Hace tiempo que sentía que ya debía de haberlas pronunciado.



Jungkook sonrió y lo abrazó, el sintió su suspiro de alivio.



—¿Cómo me encontraste? —preguntó, abrazándolo más apretado, no quería soltarlo nunca.



¿Podrías Amarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora