¿Qué se siente estar vinculado?

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Kim Taehyung pensó que luego de unos días se olvidaría de ese alfa, no podía estar más equivocado. De hecho, estaba sucediendo todo lo contrario. No había un momento en el día que no pensara en él. A veces se sorprendía a si mismo buscándolo cuando andaba por la calle. Lo hacía de forma inconsciente por supuesto, eso le molestaba de sobremanera porque se estaba volviendo una costumbre. Lo peor fue darse cuenta que encontraba una especie de calma cuando tocaba la marca que le dejó en el cuello, trató de no darle importancia a la alarma en su interior porque ésta ya estaba empezando a desvanecerse.


Su cuerpo deseaba volver a verlo, pero no su corazón porque éste ya tenía dueño, entonces ¿por qué sentía que en su interior se estaba librando una batalla que no podría ganar? No. Se negaba rotundamente, no se dejaría dominar por el deseo, ¿cómo era posible que la química sea más fuerte que los sentimientos? No tenía sentido.


La ducha que tomó no ayudó a aclarar la confusión que tenía en la cabeza. ¿Qué debía hacer ahora? Taehyung miró la hora en su teléfono, todavía tenía un poco de tiempo antes de ir al trabajo. Tomó un taxi y se dirigió a la casa de Jimin. Mirar el paisaje que pasaban en el camino tampoco ayudó a calmar su tormento.


Cuando llegó a la casa de su amigo, un sirviente lo hizo esperar en el recibidor. Miró su reloj, Jimin estaba tardando demasiado en aparecer, seguro se estaba arreglando, siempre se tomaba su tiempo para eso. De pronto escuchó su risa que provenía de la habitación de al lado. Caminando hacia allí, se detuvo en seco cuando lo vio apoyado en la pared besándose con Yoongi.


Quizás debería dar la vuelta e irse, pero se quedó de pie ahí, mirando, observando con detenimiento como Jimin lo abrazaba para acercarlo más a él pegando sus cuerpos, mientras se besaban como si no tuvieran lo suficiente el uno del otro. Desesperados. Luego Jimin levantó una pierna y rodeo la cintura de Yoongi, éste comenzó a acariciarla deslizando su mano hasta su glúteo, amasándolo. Yoongi empezó a besar su cuello haciéndolo soltar una risita, que pronto se convirtió en gemido.


Un nuevo sentimiento floreció en su interior, con pesar admitió que era envidia, porque él también quería estar así, besándose con la persona que amaba. Solo que ahora no sabía con quién deseaba hacerlo, si con WonHo, el amor de su vida, o con… con… por Dios tenía que admitirlo, con Jungkook, maldita sea. Se sentía más confundido que antes.


Quizás no fue una buena idea quedarse mirando a estos dos, no quería que le pase lo mismo que la primera vez que los interrumpió, por lo menos ahora estaban vestidos. Sin apartar la vista de ellos comenzó a caminar hacia atrás en dirección a la puerta por donde entró. El sonido del vidrio rompiéndose hizo que ambos miraran en su dirección. Mierda había chocado una mesita que tenía un florero, que ahora no eran más que fragmentos en el piso. Suspiró cerrando los ojos con fuerza.


—Lo siento —le dijo apenado a su amigo.



—¿Tae? —Jimin dijo confundido, tenía sus labios rojos hinchados y húmedos —¡Tae!, cierto. Ya iba a verte, solo me estaba despidiendo de mi gatito —dijo mirando a Yoongi con tanta ternura que le dolió.


—Yo… puedo volver después. Solo vine por mi coche y...—dijo incómodo.


—De ninguna manera. Además, tenemos que hablar —lo interrumpió.


Yoongi tomó su bolso y su cámara fotográfica, él trabajaba para una revista, le guiñó a Jimin, quien sonrió como si le hubieran dado su dulce favorito, y comenzó a caminar hacia la puerta. Cuando pasó por su lado le dio un asentimiento y se fue.


—Adiós —dijo Tae.


Él tenía la impresión de que no le agradaba demasiado. Aunque Yoongi llevaba algunos meses saliendo con Jimin, apenas habían cruzado un par de palabras. El beta era taciturno. Pero mientras su amigo siguiera viéndose así de feliz a él no le importaría su indiferencia.


¿Podrías Amarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora