〘Capítulo 6〙

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—¿Y yo por qué? —inquiero con molestia cuando mi abuelo me dice que tengo que ir a la tienda a buscar el inventario.

Es sábado y son las nueve de la mañana. Él está saliendo de la ciudad ya que tiene que ir a sus otras tiendas, lo cual implica que vuelve en una semana.

—Porque me olvidé y porque tu abuela tiene que cargarlo en la computadora —responde con fastidio.

—¿No lo dejaste en la computadora? —pregunto y él bufa.

—Se rompió la computadora, así que hicieron el inventario en papel. ¿Vas a ir o no?

—Bueno bueno —bufo con fastidio—. Pero solo porque no tengo cereal para desayunar.

—Bien, adiós —cuelga la llamada y yo observo el móvil para luego entrar a nuestro chat y enviarle un mensaje.

"Adiós nietita de mi vida".

Y no tarda más de un segundo en responder.

"El grano en el culo de mi vida".

Pongo los ojos en blanco y me levanto desganada para luego ponerme unos shorts y mi remera del Capitán América. Además me pongo mi gorra de béisbol roja.

Lo que menos quiero es ver a esos capullos, pero el destino es cruel.

Aunque los cereales son dulces y una adicción, y yo no puedo pelear contra eso.

Pienso seriamente en comprarme una bicicleta para evitarme el caminar, y más en estos días calurosos. Así que solo hago tripas corazón y camino observando el barrio donde vivo.

Hay bastante gente adulta y no conozco a nadie, así que me siento observada por las personas cuando voy a la tienda.

Está a unas diez manzanas así que no tardo mucho en llegar. Y lo primero que noto es que hay una pierna colgada en el techo. Puedo ver también una mano y noto entonces que es Hades por sus tatuajes.

Un punto a favor es que los sábados temprano no hay casi nadie en la tienda.

—¿Así trabajas? —inquiero desde abajo, lo suficientemente alto para que me escuche y él levanta la cabeza, con un brazo sosteniendo el peso de su cuerpo y entonces me observa.

Puedo notar que sonríe y luego me enseña el dedo medio. Y yo, aunque me resista a mis impulsos más tontos, le devuelvo el gesto para luego entrar en la tienda.

Está loco. Pero es un imbécil loco.

Lo primero que veo apenas entro en la tienda es la caja, notando que la chica está allí.

Leia leo en su gafete, pero ella está concentrada cobrando a unos clientes así que paso de largo directo a la oficina de mi abuelo, la cual está en el segundo piso. Allí tiene que estar el papel que me dijo que necesitaba.

No tardo más que unos segundos en encontrar lo que buscaba y luego cierro con la llave la cual cuelga de una cinta junto con las demás llaves de la tienda.

Luego bajo hacia el primer piso para buscar mi tesoro. Camino por los pasillos buscando mi caja de cereal de chocolate favorita de toda la vida, y camino lento para ver los estantes.

Paso un par de minutos recorriendo el pasillo de punta a punta, observando cada rincón pero no está.

No están los cereales y donde deberían haber está vacío entonces camino hacia el depósito donde están los productos. Ingreso sin problemas ya que está abierto, y cuando lo hago noto la mirada de la chica de la caja en mí.

El Juego de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora