〘Capítulo 10〙

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El calor en mi cuerpo empieza a crecer y yo mojo mis labios con mi lengua al sentirlos resecos. Hades ve ese movimiento y puedo notar que respira con pesadez mientras los gemidos de fondo se vuelven cada vez más intensos.

Esta es la imagen más erótica de mi vida y mis piernas se sienten débiles bajo el peso de mi cuerpo.

La abertura de mi toalla deja ver una extensa porción de piel, cubriendo los puntos sensibles de mi cuerpo. Los vellos de mi cuerpo están erizados por las descargas eléctricas que recorren mi piel hasta culminar en mi sexo, caliente y deseoso.

Mi pecho sube y baja lentamente, ocultando que mi corazón late desbocado y yo no sé qué hacer, solo me limito a presionar los muslos para acallar la necesidad que se agolpa entre mis piernas.

Observo los ojos grises de Hades, quien pasa saliva y me observa entre confundido y excitado. Y me imagino que yo lo observo a él de la misma forma.

Hades es con quien menos me imaginé estar en una situación así pero ahora... ahora necesito...

Dios.

Ni siquiera sé lo que necesito.

Pero no puedo contenerme. Quiero irme.

Hago un ademán para salir, sujetando la puerta para abrirla e irme justo cuando Hades tira de mí y presiona mi cuerpo contra la pared, posando su mano en la abertura de mi toalla y rodeando mi cintura.

Siento una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo, partiendo desde el punto en el que sus dedos presionan mi piel desnuda y recorre mi ser. Es extraño y sumamente devastadora la sensación que me atrapa y me consume.

Nunca sentí algo así.

Ni siquiera con Fer y lo mucho que lo quise, tanto como para entregarme a él.

Pero mi cuerpo responde al de Hades, contra mi voluntad y cualquier rastro de razón.

Y no entiendo la sensación, porque por un lado quiero huir pero mi cuerpo se moría de ganas por que lo toque. Quisiera ser egoísta con mis necesidades, pero esto es algo que en mi vida sentí y me impide reaccionar de cualquier otra forma que no sea entregarme a mis instintos más animales.

Su mano un poco más fría que su cuerpo hace que suspire y él, observa mis ojos y yo fantaseo con él. Maldita sea.

Fantaseo con él.

Dejo escapar el aire de mis pulmones cuando Hades da un paso hacia mí, presionando mi cuerpo con el suyo. Mi cabeza se pega a la pared y levanto la mirada para verlo a los ojos.

Hades tiene las mejillas ligeramente sonrosadas y sus labios entreabiertos se ven ligeramente secos, pero suaves y masculinos. Su aroma impregna mis poros mientras su pecho se presiona contra el mío.

Él tiene que ver hacia abajo para verme a los ojos.

Su mano derecha se posa en mi cintura, acercándome a su cuerpo e impidiendome escapatoria alguna, aunque yo no quiero irme.

Su mano izquierda de repente juega con el bajo de la toalla y sus pupilas se dilatan cuando recorre la piel de mi pierna, subiendo.

—Hades —susurro y él observa mis labios, clava la mirada en ese punto de mi cuerpo mientras una de mis manos sujeta la suya, que sube por mi pierna. Su rostro se acerca al mío, y observa mi boca mientras su nariz roza la mía.

Entiendo que está viendo lo que hago, pero su mirada está cargada de deseo, al igual que la mía.

La cosquilleante sensación de sus labios sobre los míos, sin tocarlos pero tensandome a acortar la distancia hace que pase saliva con fuerza.

El Juego de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora