𝟭. 𝗺𝗲𝗲𝘁𝗶𝗻𝗴 𝗻𝗮𝗶

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𝗟𝗔 𝗖𝗔𝗦𝗧𝗔Ñ𝗔 𝗕𝗔𝗝Ó 𝗗𝗘𝗟 𝗨𝗕𝗘𝗥 𝗗𝗘𝗦𝗣𝗨É𝗦 𝗗𝗘 𝗣𝗔𝗚𝗔𝗥, salió del auto y contempló la casa que había frente a ella

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𝗟𝗔 𝗖𝗔𝗦𝗧𝗔Ñ𝗔 𝗕𝗔𝗝Ó 𝗗𝗘𝗟 𝗨𝗕𝗘𝗥 𝗗𝗘𝗦𝗣𝗨É𝗦 𝗗𝗘 𝗣𝗔𝗚𝗔𝗥, salió del auto y contempló la casa que había frente a ella. se veía linda desde afuera, y, según lo que había visto en fotos, también lo era por dentro.

se acercó a la puerta con emoción, hace mucho no veía a su amigo y no podía esperar para darle un abrazo.

estando ya frente a la puerta, alzó su puño y tocó exactamente tres veces con sus nudillos. se escuchó un "voy" desde adentro seguido de unos pasos apresurados. nailea se mordió el labio con nervios, reconocía esa voz.

la puerta se abrió de pronto, dejando ver a un chico de cabello negro, largo y lacio. el chico, que tenía el semblante neutro, abrió la boca con asombro ante la presencia de la castaña.

— ¡sorpresa! —murmuró ella extendiendo sus brazos hacia ambos lados—.

él la miraba de pies a cabeza, analizando si era en verdad ella, haciendo que la castaña temiera que su visita no era bien aceptada. cuando llego a la conclusión de que sí era ella realmente, la envolvió en sus brazos en un rápido movimiento, sin dejarle tiempo de reaccionar.

la chica alcanzó a abrazarlo luego de unos segundos, queriendo transmitir todo su cariño a través de ese contacto.

— no sabía que ibas a venir, ¿por qué no me avisaste? —le dijo diego cuando se separaron al fin—.

— ya te dije, era sorpresa —rodó los ojos con gracia—.

— pasa, estoy muy feliz de que estés aquí —y era así—.

el chico, que muy poco sonreía, traía una gran sonrisa de alegría en su rostro luego de la aparición de su mejor amiga.

— te voy a presentar a los demás, te van a caer bien, ya vas a ver —.

— eso espero —dijo la chica sin más—.

pasaron por un pasillo que conducía hacia una pequeña sala donde nailea pudo ver a tres chicos —bastante guapos, debía admitir— que reían de alguna cosa que habían visto en el teléfono de uno de ellos. diego carraspeó, haciéndolos voltear rápidamente hacia ambos chicos, dejando de reír.

posaron sus miradas en la chica, quien comenzaba a incomodarse luego de dos minutos en la misma situación.

— ella es nailea, mi mejor amiga, vino de sorpresa —explicó al notar los rostros confundidos de sus amigos— ¡dejen de mirarla así! la van a asustar —exclamó—.

el primero en levantarse fue un chico de cabello rizado, tenía algo de color morado en las puntas de sus rizos, pero este ya parecía estar desvaneciéndose. le dio a nailea una sonrisa amable y le extendió su mano esperando a que ella la tome, cosa que ella hizo con algo de timidez.

— josejan moore, dime jota —se presentó—.

— soy daniel  —alzó su mano el chico con el cabello verde en la raíz—.

todos voltearon a ver al chico de cabello bicolor, en especial sus amigos, sorprendidos de que el chico no haya hecho algún comentario. cosa muy rara en él.

— yo, eh, soy roberto... saracho —dijo unos segundos después de admirarla un poco más—.

¿y quién no lo haría? nailea era muy hermosa. tenía cabello largo y castaño, con unos ojos oscuros y hermosos y una sonrisa casi perfecta. todo en ella te hacía querer voltear a verla dos veces.

los ojos de ambos se encontraron, dando paso a lo que parecía una batalla por ver quién apartaría la mirada primero, y ninguno parecía querer rendirse. la sensación que le daba a nailea la mirada del chico era muy rara a su parecer, y para roberto era como estar viendo una obra de arte en persona, y no deseaba dejar de admirarla.

—nailea sonrió sin dejar en ningún momento el contacto visual— es un gusto conocerlos al fin, a todos —enfatizó—.

diego pasaba su mirada de uno a otro, con el ceño fruncido. mientras tanto, daniel y jota miraban con gracia la situación.

— ¿y qué te trajo aquí, nailea? ¿sólo de visita o planeas quedarte? —preguntó jota, quebrando el silencio que se había formado de pronto—.

nailea acabó con la pequeña batalla de miradas dejando a roberto con una extraña sensación en el pecho.

— aún no lo sé, mi idea principal era venir para visitar a diego, pero quién sabe —dejó la propuesta en el aire—.

— bueno, pues bienvenida, espero que te la pases bien aquí —sonrió daniel—.

— muchas gracias —miró al suelo por unos cortos segundos antes de voltear a mirar a su amigo— yo... sólo venía a saludar y a avisarte que estoy aquí, pero ¿te pareces si vamos a cenar hoy? ustedes también pueden venir si quieren —.

— me parece bien ¿a las ocho? —.

— mejor a las nueve —la castaña guiñó el ojo hacia el pelinegro, quien rodó los ojos con una diminuta sonrisa—.

— bien, pasamos por ti y nos vamos —.

— perfecto, te paso la ubicación del hotel —nailea dio una vuelta para dirigirse a la puerta pero luego giró de nuevo para ver a los otros tres— nuevamente, fue un placer conocerlos, chicos, ¡nos vemos más tarde! —.

sin más, nailea caminó a la puerta principal seguida de su mejor amigo, quien reía ante la actitud de la chica. jota y daniel voltearon a ver a roberto, que aún observaba por donde se había ido la castaña.

— ¿qué fue eso? —preguntó entre risas—.

— ¿te puso nervioso? —daniel alzó una ceja—.

— ¡cállense! todavía los puede escuchar —murmuró—.

—de hecho, ya se fue —habló diego apareciendo en el lugar—.

todos voltearon a mirarlo.

— no nos dijiste que tenías una amiga tan linda —.

— eso es porque sé cómo son y no quiero que le anden coqueteando —los señaló—.

— pues tarde, roberto ya se enculó —jota señaló a su amigo con la cabeza—.

— ¡claro que no! —.

— ay, ni deberías —dijo diego—.

— ¿por qué? —preguntó el de cabello bicolor rápidamente—.

— bueno, nailea tiene novio —.

— bueno, nailea tiene novio —

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[💐] corto, para empezar

𝗟𝗜𝗞𝗘 𝗜 𝗖𝗔𝗡 ★ 𝘀𝗮𝗿𝗮𝗰𝗵𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora