𝟱. 𝗳𝗼𝗼𝗱

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𝗘𝗟 𝗣𝗘𝗟𝗜𝗠𝗢𝗥𝗔𝗗𝗢 𝗦𝗘 𝗩𝗘𝗦𝗧Í𝗔 𝗧𝗥𝗔𝗡𝗤𝗨𝗜𝗟𝗢 𝗘𝗡 𝗟𝗔 𝗛𝗔𝗕𝗜𝗧𝗔𝗖𝗜Ó𝗡 cuando la puerta se abrió de pronto

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𝗘𝗟 𝗣𝗘𝗟𝗜𝗠𝗢𝗥𝗔𝗗𝗢 𝗦𝗘 𝗩𝗘𝗦𝗧Í𝗔 𝗧𝗥𝗔𝗡𝗤𝗨𝗜𝗟𝗢 𝗘𝗡 𝗟𝗔 𝗛𝗔𝗕𝗜𝗧𝗔𝗖𝗜Ó𝗡 cuando la puerta se abrió de pronto. roberto entró en la habitación con su teléfono en mano. cuando notó al chico, lo miró de arriba a abajo, analizándolo.

— ¿a dónde tan guapo, papi? —mientras subía y bajaba las cejas—.

— invité a comer a nai —la sonrisa de roberto decayó un poco—.

— ¿cu-cuando la invitaste? —carraspeó—.

jota sabía lo que pensaba su amigo; reprimió una sonrisa burlona y siguió concentrado en acomodar su camisa.

— como intercambiamos números, hemos estado hablando, y la invité a comer —fue por sus zapatos y se sentó en la cama junto a su amigo para ponérselos—. 

— que bien —el chico se recostó observando su teléfono como si hubiera algo muy interesante ahí—.

el pelimorado quiso reír, pero se lo reprimió nuevamente. era obvio que su amigo estaba celoso y él no iba a negar que era divertido ver a su amigo jurar que no le gustaba la castaña, para luego tener ese tipo de comportamiento. 

el chico tomó su cartera y su teléfono y se giró para ver a su amigo en la misma posición de antes, evitaba mirar al mayor directamente.

— bueno —suspiró— no sé tú, pero yo ya me voy, debo ir por nai —.

— ah, órale, que les vaya bien —.

el chico se levantó y, sin decir ni voltear más, se fue de la habitación. jota soltó la carcajada que llevaba rato aguantando, acto seguido, salió de la habitación, caminó el pasillo por donde segundos antes había pasado su amigo y llegó a la sala. ahí sentados en el sofá, estaban daniel y diego.

este último miró al mayor y levantó una ceja.

— ¿a dónde vas? —.

— invité a comer a nailea —.

la cara del chico cambió de pronto, adoptando su semblante serio de siempre. miró fijamente a su amigo, analizándolo de pies a cabeza, buscando algo que delatara un comportamiento extraño. a todo esto, daniel permanecía en su lugar con anuel, su gato, recostado en sus piernas, mientras él pasaba su mirada de uno a otro.

cuando finalmente diego reparó en que no había nada de malo, desvió su mirada nuevamente a su teléfono.

— okay —alzó los hombros y luego los dejó caer—.

jota dio la vuelta para salir, ignorando el raro momento que tuvo con su compañero de banda.

— salúdala de mi parte ¡y tráeme algo! —exclamó daniel cuando jota ya estaba casi afuera de la casa—.

𝗟𝗜𝗞𝗘 𝗜 𝗖𝗔𝗡 ★ 𝘀𝗮𝗿𝗮𝗰𝗵𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora