𝟳. 𝘀𝗼𝗺𝗲𝘁𝗵𝗶𝗻𝗴'𝘀 𝗴𝗼𝗶𝗻𝗴 𝗼𝗻 𝗵𝗲𝗿𝗲

232 16 2
                                    

— 𝗬𝗔 𝗧𝗘 𝗟𝗢 𝗗𝗜𝗝𝗘 —𝗟𝗔 𝗠𝗢𝗥𝗘𝗡𝗔 𝗦𝗨𝗦𝗣𝗜𝗥Ó— estoy bien aquí, tim, gracias —

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— 𝗬𝗔 𝗧𝗘 𝗟𝗢 𝗗𝗜𝗝𝗘 —𝗟𝗔 𝗠𝗢𝗥𝗘𝗡𝗔 𝗦𝗨𝗦𝗣𝗜𝗥Ó— estoy bien aquí, tim, gracias —.

— ¡salúdalo por mi! —gritó diego desde adentro de la habitación—.

—nailea rodó los ojos— diego te manda saludos —timothy rió—.

amor, ¿te la estás pasando bien? ¿no quieres volver? porque puedo... —ella lo interrumpió—.

— estoy bien, timothy —su voz salió de un tono más duro del que pensaba, carraspeó— estoy bien, la estoy pasando bien, conociendo gente nueva —.

oh, sí, la banda de diego, ¿son tan geniales como se ven en los videos? —la voz del chico sonaba casi hasta emocionada—.

—rió— sí, son bastante cool —.

me gustaría conocerlos un día —.

nailea de pronto se puso nerviosa por esto, respiró hondo y dejó salir el aire lentamente.

¿nai? —.

— estoy aquí, me distraje con algo del balcón —.

miró hacia adentro, diego estaba recostado en la cama de la habitación, concentrado en lo que sea que estuviese haciendo en su teléfono. nai sonrió, observando a su mejor amigo fruncir el ceño, estos días habían sido los mejores desde que ellos se habían separado luego de que él llegara a vivir a la ciudad. estaba haciendo nuevos amigos, estaba pasándola bien y, lo más importante, no sentía la sombra de su familia persiguiéndola todo el tiempo.

— ¿qué harás hoy? —del otro lado de la línea, timothy se acomodó, interesado en lo que sea que su novia le cuente—.

— saldremos al centro comercial, creo —miró a diego, esperando su aprobación, cuando este asintió volteó de nuevo— sí, iremos a dar una vuelta —.

ah, que bien, yo ya me tengo que ir, pero espero que la pases bien, corazón —.

en sus labios se formó una mueca.

— claro, gracias, mi amor —.

bueno, te dejo, ¡te quiero! —.

— yo a ti... —murmuró la morena antes de que la llamada finalizara—.

suspiró, alzando su vista al cielo. el día estaba algo nublado, pero no lo suficiente como para que llueva. dio media vuelta para ingresar nuevamente a la habitación, donde diego ya estaba de pie esperándola.

— los demás están abajo —.

jota, daniel y roberto habían ido a comprar algo que nailea ciertamente no recordaba, y, mientras tanto, diego había subido para estar con ella hasta que ellos volvieran.

— pues vámonos ya —nailea tomó su pequeña cartera junto a la llave de la habitación y salió seguida de el pelinegro—.

bajaron por el ascensor entre risas por algún chiste que diego había contado, para cuando llegaron abajo ya habían comenzado una conversación sobre lo que harían en el centro.

𝗟𝗜𝗞𝗘 𝗜 𝗖𝗔𝗡 ★ 𝘀𝗮𝗿𝗮𝗰𝗵𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora